VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO

“Durmiendo con el enemigo” Sobrevivir a 16 años de maltrato

miércoles, 19 de diciembre de 2012 00:00
miércoles, 19 de diciembre de 2012 00:00

Hace varios años que conozco a “Estrella”. Y, particularmente, supe sobre el infierno que le tocó vivir cuando aún no la conocía; cuando éramos extrañas y empezamos a charlar un día a través del chat de un foro al que ambas pertenecíamos. Al principio, era sólo cuestión de saludarse, pero su inmensa necesidad de hablar con alguien la llevó a contarme sobre el infierno que día a día vivía junto a su marido. El hombre, con el que se había casado hacía 16 años, no sólo la maltrataba psicológica y físicamente, sino que constantemente abusaba de ella. Juntos, tuvieron tres hijas.
El relato de su historia, a pesar de lo terrorífico de su contenido, tiene un tono pausado y tranquilo en un bar del centro, que nos resguarda de los más de 40 grados que hacen a la sombra.
Luego de decirle que elija el seudónimo que quiera para identificarse (siempre quiso llamarse Estrella, me dice) y prometerle una y otra vez que en la entrevista no iba a aparecer ningún dato que dé pistas sobre su identidad, accede a responder a mis preguntas; aún sabiendo que eso significa revivir una etapa de su vida que ya concluyó y a la que apenas sobrevivió.
Pero según las propias palabra de la mujer, que hoy tiene 33 años, “vale la pena, porque quizás a alguna otra mujer mi historia le sirva de algo”.

- ¿Cómo empezó todo?

- Bueno. Yo tenía 15 años cuando me casé... Quedé embarazada de mi hija mayor, y era lo lógico, lo que mis padres y los padres de él esperaban; así que nos casamos. Pero al principio nunca sospeché que las cosas iban a terminar así. Igual... ¿Qué podía saber? Era muy chica y estaba enamorada.

- ¿Él tenía actitudes violentas desde siempre?

- El tenía tres años más que yo cuando nos casamos y la verdad que las tenía, pero yo trataba de pasarlas por alto. Quería pensar que era una cuestión del momento, porque a veces me insultaba, pero después me pedía perdón. Yo estaba en casa todo el día con las nenas, no trabajaba y él llegaba muy cansado... a veces borracho. Fue ahí cuando empezó a pegarme. Yo prefería que se las agarre conmigo y no con las nenas, hacía todo lo posible para protegerlas, pero a veces la ligaban ellas también. Hoy ellas son adolescentes, pero recuerdan muy bien esa época. Los maltratos fueron desde el comienzo, pero más al nacer mi segunda hija.

- ¿Era habitual que él consumiera alcohol?

- Al principio no tanto, pero eso fue cada vez peor. Varias veces a la semana llegaba “machado” por la madrugada y aunque nosostras estábamos durmiendo, me despertaba para retarme por algo... porque no había coca en la heladera, ese tipo de cosas. Yo no le podía contar nada a nadie, estaba muerta de miedo y tenía miedo por mis hijas, pero todo iba de mal en peor.

- ¿Qué pasaba después de esos arranques de furia?

- Y... el me pedía perdón, se mostraba arrepentido por unos días. Yo trataba de pensar que no había pasado nada, pero al tiempito todo volvía a ser igual.

- Fuera de la violencia física, ¿había otro tipo de maltratos?

- Bueno, yo no podía ir a ningún lado sin su permiso. Además, me dio un celular para poder controlarme y me llamaba todo el tiempo. No podía tener amigas o ir al gimnasio. Todo empeoró cuando empecé a trabajar y cualquier cosa era motivo para que se enojara, pero necesitábamos la plata. Era una época en la que no sabía qué hacer, ni a dónde ir. Tampoco me podía juntar con mis familiares, ni eso. Además, cada vez que había tomado, iba a la habitación y me abusaba. Yo me tapaba la boca para no gritar, para que las nenas no escucharan. Lo único que esperaba era que, por fin, se durmiera.

- ¿No pensabas en denunciarlo?

- Y... tenía mucho miedo, así que lo pensaba todo el tiempo, pero después no me animaba. Pero un día terminé yendo a hacer la denuncia en la sede, porque no daba más. Me había pegado tanto que me rompió una costilla y no pude ir a trabajar por una semana. Una vecina me dio una mano, y como pude me fui a hacerle la denuncia.

- ¿Qué pasó después de eso?

- Nada, todo empeoró más, porque estaba furioso por lo que había hecho y los de la Judicial no hicieron nada, volvió a casa más enojado que nunca porque lo habían detenido, pero no podía lograr que le impidan volver a la casa, porque era suya. Yo no tenía a dónde ir con mis hijas, así que terminó regresando. Al principio, dentro de todo, estuvo bien, pero después siguió en la misma. Yo ya no sabía qué hacer.

- ¿Cómo lograste sobrevivir a todo eso?

- Mirá....no sé. En esos momentos lo único que quería era que se acabe todo, pero no podía hacer eso. Sinceramente, pensé en hacer lo peor, pero estaban las nenas de por medio....no las podía dejar a ellas solas con ese monstruo. Así que insistí, insistí y después de un tiempo logré que me dieran la orden para que no vuelva más a la casa.

- ¿Cuánto tiempo estuviste con él?

- 16 años. La verdad que interminables. Y me costó muchísimo lograr tener una vida normal con mis hijas, pero lo logré.

- ¿Qué le dirías a una mujer que está pasando por una situación parecida a la tuya?

- Que no pierdan la fe, que recen mucho. Hoy creo que estoy viva gracias a la Virgen del Valle, que no me abandonó. En los peores momentos, me arrodillaba y le pedía a ella que me dé una mano. Les diría que hagan la denuncia y no tengan miedo porque alguien las puede ayudar, como me pasó a mí. No es vida vivir con alguien así al lado.

- ¿Pudiste rehacer tu vida después de eso?

- Mirá... no he tenido ninguna pareja después de él... aunque, sí (se sonroja un poco) conocí a un chico por el chat, que es de otro país. No nos conocemos, pero nos mandamos fotos.

En esta última parte de la charla “Estrella” sonríe y se muestra optimista, a pesar de que lo que acaba de compartir se acerca mucho a la idea que cualquier mujer tiene del infierno, pero comenta que tiene esperanzas de poder rehacer su vida.
Por motivos más que obvios, pide que su imagen no sea expuesta en esta entrevista, ya que, si bien ya pasaron dos años desde que la Justicia le impidió a su exmarido ingresar a su domicilio, e incluso ya fueron firmados los papeles del divorcio por ambas partes, el temor por todo lo que le tocó vivenciar le hace temer que pueda haber represalias en su contra o de sus hijas.

 

Entrevista: Natalia Lucanera

Comentarios

Otras Noticias