Son cordobeses, muy cordobeses, y eso uno lo percibe no sólo al cruzar las primeras palabras con ellos sino también en cada canción suya. Llegaron a Catamarca para cerrar los carnavales en Valle Viejo y fue una buena oportunidad para hablar con el “Gordo” Marcos (saxofonista) y con Pini (guitarrista), para que nos cuenten un poco de sus quince años de llenar escenarios con circo y música.

- ¿Primera vez en Catamarca?

- Te digo la verdad, no nos acordamos. Nos comentaron que ya es la segunda vez que venimos a los carnavales pero haciendo memoria no sabemos cuándo fue (risas). Lo que sí nos acordamos es de una fiesta de 15 a la que vinimos a tocar hace unos años donde nos pasó algo bastante loco. Tocábamos en el mismo hotel donde nos quedábamos, entonces por la tarde no tuvimos mejor idea que bañarnos en la pileta, y sacamos la cama elástica y nos pusimos a boludear y por ahí salta el tecladista, pisó mal y le quedó la pata… ¿viste como cuando ponés los cambios en una renoleta? Bueno, así. Lo más gracioso fue que después teníamos que tocar en la fiesta así que lo mandamos abajo del escenario, sentado con la pata sobre una silla tocó toda la noche.

- Estuvieron festejando hace poco los 15 años en la música ¿Cómo lo vivieron?

- Hicimos varias cosas, desde los videoclips de “Razón” y de “El asado”, estuvimos tocando en Córdoba. En realidad durante todo el año pasado estuvimos festejando con distintas actividades. Ahora tenemos el proyecto de terminar de realizar un documental que fue filmado durante nuestra última gira en México. La idea es mostrar el fenómeno de Caligaris en México.

- ¿Les sorprendió la movida que se armó en México con ustedes?

- Empezó hace mucho cuando a través del Ares empezaron a bajar nuestros temas y pegamos. Nos escribían por mail desde allá y gracias a Los Auténticos Decadentes pudimos ir a tocar por primera vez. Luego de eso ya pudimos empezar a ir un montón de veces por nuestra cuenta. En mayo vamos a hacer la gira número once desde 2007 hasta hoy.
Y si nos ponemos a analizar sí, es un poco raro, más que todo porque van bandas argentinas hacia allá, pero generalmente son de Buenos Aires. Y a nosotros nos tocó aclarar varias veces que no somos de Buenos Aires, somos cordobeses. A veces se hace grande la brecha y es difícil, nosotros nunca tuvimos la necesidad de ir y radicarnos en Buenos Aires para buscar la salida a esto, sino que la seguimos peleando desde nuestro lugar y en forma independiente siempre. A veces a muchas bandas se les hace el paso obligado tener que ir a vivir allí para poder pegarla, no fue nuestro caso. En Córdoba y en todo el país hay muchas bandas, se armó una movida bastante interesante. Lo que nosotros decimos siempre es que los artistas tienen el mismo talento acá o en Londres, donde sea, no por ser de uno o de otro lado se toca mejor un instrumento o se es mejor músico. Nos ha tocado ver a cada tipo arriba de un escenario que es una locura, “oh, mira qué groso, lo voy a ver porque es de Buenos Aires”, y por ahí está haciendo lo mismo que hace un chabón a la vuelta de tu casa.

- Después de tantos años juntos, ¿cómo hacen para no matarse siendo doce integrantes?

- Por ahí nunca nos pusimos a pensar en eso porque lo vivimos de una forma muy natural, por ejemplo, al “Gordo” lo conozco desde que tenía cinco años. Con muchos de los chicos nos criamos prácticamente juntos, somos amigos el barrio. Obvio que hay veces que saltan los cables, pero siempre sabiendo que somos partes iguales de este colectivo artístico. Ahora que conocemos otras bandas, nos ha tocado ver eso de decir “ah! ése es el líder” y eso en Caligaris no pasa. Los egos están iguales y sabés que hay cosas que vas a hacer que te encantan y hay cosas que te toca resignar porque en el colectivo no es dominante, y eso también está bueno porque muchas veces te das cuenta de que estabas equivocado. Yo creo que eso nos permitió trabajar de esta manera y llegar tan lejos.
Ése sería un buen consejo para las bandas, que además de juntarse a tocar dediquen un tiempo para hacer reuniones porque eso oxigena la relación de la banda. Compartir momentos es fundamental, dar ese lugar para juntarse y comer un asado es lo que permite dar más aire. A veces surgen las discusiones pero a los diez minutos ya fue, porque la actividad te requiere seguir adelante y dejar esas cosas atrás, como sucede con los amigos siempre.

- Los shows de ustedes nunca son uno más…

- Yo creo que la palabra en la cuestión de la búsqueda artística es “transgredir” las fronteras que están establecidas. En primer lugar desde la cuestión musical, cuando salió nuestro primer disco hace diez años pegó con un cuartetazo (“Nadie es perfecto”), siendo que nosotros no éramos una banda de cuarteto. Incluso cuando salimos la gente del cuarteto misma nos decía “qué bueno loco, porque están volviendo al cuarteto característico de Córdoba y volviendo a las raíces”. La gente no sé si nos entendía bien, y creo que tampoco nos preocupaba que nos entendiera mucho, hay cosas que las hacés porque las tenés que hacer. Aparte la música muchas veces es eso, te permite mezclar un montón de cosas y sin dar explicaciones.
Y no sólo en lo musical, sino ver hasta dónde se podía llegar con la interacción con el público, con la cuestión visual y el mezclar el circo con un recital. Vos vas a ver a Los Caligaris y pasás de hacer un pogo, bailar un cuartetazo a terminar bailando un tema lento.

Contacto: facebook.com/LosCaligaris - Twitter: @LOSCALIGARIS

Entrevista: Marcos Córdoba