La N*N

El rock vive en la Perla del Oeste

La banda oriunda de Andalgalá cumplió diez años de trayectoria, pero demuestra que esto recién comienza.
miércoles, 20 de marzo de 2013 00:00
miércoles, 20 de marzo de 2013 00:00

- ¿Cómo y cuándo nace la banda?
- La banda nace en uno de esos lindos veranos de Andalgalá. Precisamente en 2002 como que establecimos un punto de partida, que para nosotros también es un proyecto de vida, y el comienzo lo fechamos un 18 de febrero de ese año, cuando tocamos por primera vez en una movida solidaria que organizaban unos amigos. Anda por ahí dando vueltas un casette con esa grabación, hermoso recuerdo, la finca del Hurón, así se conocía el lugar que existe todavía, aunque creo que al escenario ya lo demolieron.
Y La N*N es el resultado de las ganas que vinimos juntando desde años de conocernos y de haber coincidido poco en escenarios, en tocar juntos, porque algunos venimos de comienzos con el folclore, desde los años de las escuela primaria, cantando, aprendiendo a tocar guitarra y después encontrando otros caminos instrumentales. Con Shaggy y Martín nos conocemos más o menos de esos años, también de los tiempos de escuela secundaria, cuando coincidimos en una escuela de folclore que tenía por entonces nuestro maestro musical de toda la vida, Pipo Cecenarro. Luego fuimos más hacia el rock, hicimos nuestras propias bandas, Martín Cecenarro por su lado, y Shaggy Maidana y yo (Jorge Ramos) nos juntamos con Edu Vallejos para formar una banda. Ambos proyectos con el tiempo se diluyeron y como que veníamos escuchándonos hace años y dijimos ‘bueno, es el momento de que hagamos algo juntos’, teníamos muchísimas ganas de tocar. Lo bueno fue que nos animamos a mirar el proyecto con ganas de mostrar lo nuestro también, nuestras propias canciones y producciones, creo que eso dio un impulso importante al surgimiento de la banda.
Tenemos también la suerte de tener amigos grosos que nos acompañan en este proyecto y que los sentimos como parte de la banda también. Ricardo Arias es nuestro sonidista y Walter Mansilla tiene a cargo todo lo que es la gráfica de la banda.

- ¿Cómo podrían definir el estilo que hacen?

- Cada vez que nos preguntan eso, no sé porque nos es difícil definirlo, cosa que a su vez nos gusta mucho; en La N*N han confluido muchas cosas, hemos tenido momentos en los que hemos coincidido con los gustos e influencias musicales, y otros no tanto. Sin embargo pudimos dar forma a nuestro estilo. Lo que sí creo es que sonamos como somos, y somos muy fieles a lo que hemos recolectado en años de escuchar música, en el sentido que le tenemos mucho respeto a cada disco o artista que nos ha alimentado en la música, lo cual no quiere decir que sonemos como lo que escuchamos porque si me preguntás qué escuchamos o qué hemos tocado, te tengo que decir que hemos tocado a Spinetta, Divididos, Pappo, Pink Floyd, Hendrix, Led Zeppelin, Redondos, La Renga y muchas bandas más, y es una locura querer sonar como cada uno de ellos, ¿no? Además inconscientemente nunca hemos buscado parecernos a nada, sino que hemos tratado de aprender y seguimos aprendiendo para que la banda suene con su propia identidad.

- ¿De qué hablan sus letras?

- Supongo que de lo que hablan casi todas las letras del rock, lo que uno ve a su alrededor, lo que está pasando en la calle de su barrio, en su pueblo, lo que nos genera bronca y dolor, pero también todo aquello que genera sentimientos personales, las letras están cargadas de muchas cosas íntimas. El desafío es saber volcarlas con un estilo e impronta particular, tal vez, pero la temática es quizás la que podés encontrar en muchas otras bandas. Lamentablemente no hemos venido al mundo a traer nuevas tendencias líricas o musicales (se ríe) al menos por ahora.
El tema de la minería a cielo abierto es una causa común en la banda, todos los que integramos la banda rechazamos y repudiamos esta actividad por generadora de una alarmante contaminación ambiental y a su vez de engaño social y corrupción política, elementos éstos imprescindibles para que esta actividad pueda darse en nuestros pueblos. De otra manera, tal atentado a la naturaleza y a la vida no tendría cabida en ningún lugar del planeta.
Y hay algo a lo que nosotros no podemos, ni queremos renunciar jamás, y es nuestra naturaleza de andalgalenses, antes que cualquier cosa nos sentimos eso, parte de un paisaje con identidad e historia, entonces no podemos cerrar nuestros ojos, tapar nuestros oídos y callar nuestras bocas, porque lo vivimos día a día, y hemos tenido la suerte de poder estar en el momento histórico preciso para poder decir muchas cosas que por supuesto están en nuestras letras y por consiguiente en nuestras presentaciones. Nosotros estamos llevando un mensaje en base a experiencia con lo real, no nos han contado lo que viven otros pueblos, lo hemos podido ver, convivimos con el monstruo día a día, cara a cara en nuestro pueblo, por eso decimos lo que decimos, por eso cantamos los que nos duele.
De hecho hemos tenido la gran alegría de poder participar en el disco de “No! a la Mina”, un proyecto de una asamblea de Buenos Aires que nos dio la hermosa oportunidad de estar presentes junto a artistas muy reconocidos, como La Renga, Manu Chao, Lisandro Aritsimuño, Jauría y artistas de Latinoamérica que también conocen en sus países esta amenaza de la minería a cielo abierto.
Martín compuso una canción hace ya algún tiempo, que se llama “De agua y de vida”, y la veníamos tocando y tocando, una canción con aires de funk, nos gusta mucho tocar esa canción por lo rítmico y también por lo que lleva en su mensaje.

- ¿Tienen material grabado?

- Sí, en 2002 sacamos “Colorsangre”, un demo de seis temas, todos de la banda, grabado en San Fernando en los estudios de Cristian Arce y con ayuda de muchos amigos, entre ellos el queridísimo “Chackal” Martínez, baterista por entonces de otra gran banda, La Maza. En 2008 sacamos “Revancha”, también grabado en lo de Cristian, nuestro primer disco digamos, con diez canciones inéditas, la mayoría de la banda y otras dos de un par de amigos de toda la vida, con músicos invitados re grosos.

- ¿Piensan que en Catamarca cuesta hacer rock?

- Tocar rock o música puede hacerlo cualquiera, siempre y cuando tenga los medios. Lo que sí vemos que cuesta mucho es que las bandas adopten el compromiso y el respeto hacia la música en general, si no está en claro eso puede que no dure mucho en el tiempo el intento, pero cuando hay una intención, un compromiso, pueden existir miles de obstáculos para tocar pero uno se la rebusca y sale a tocar como la realidad lo permita. Al igual que los espacios para tocar, uno se los crea, el rock tiene en ese sentido esa versatilidad, podés tocar en donde tengas ganas, en un local cerrado, en una plaza, en un río, o en una montaña, nosotros en Andalgalá hicimos eso, tocamos también en la pista de aviación y tenemos ganas de ir a tocar a todas las placitas de los barrios, porque es ahí en donde la música tiene que estar, zafar un poco de las cuatro paredes y los teatros, que está bueno, pero en el barrio, en la calle, se vive la vida de una forma en particular y la música tiene que ir a convivir con todo eso que el vecino vive.

- ¿Cómo encuentran a la movida del rock en el interior?

- Siempre vimos a Catamarca como una provincia muy rockera, más allá del intensivo avance de otros rubros musicales más populares, pero nosotros hemos ido a tocar en festivales de rock muy grosos en el interior de la provincia, en Tinogasta, Belén, en Andalgalá mismo, y son lugares que se dan el gusto de tener entre diez o quince bandas activas que tocan todo el año, que esperan el verano para organizar sus movidas. Y en los pueblos tiene otro sabor, porque son esos lugares en donde se espera que todo sea chacarera o cuarteto, que más allá que es muy respetable eso, también hay bandas de rock grosísimas componiendo sus propias canciones, pensando en sacar sus discos y llevar un mensaje.

Texto: Marcos Córdoba

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