Rodrigo Constán

Dejando marcas en la piel

Un joven tatuador que va más allá de todo, intentando marcar un estilo en cada trabajo.
lunes, 25 de marzo de 2013 00:00
lunes, 25 de marzo de 2013 00:00

Rodrigo me recibió y Luciana, la elegida para ser tatuada con uno de sus diseños exclusivos para realizar la nota, ya estaba lista y dispuesta a bancarse las tres horas de sesión que le esperaban. Durante la charla me contó sobre su experiencia en Córdoba, sobre cómo luchar contra los pre conceptos que existen alrededor de un tatuador o de una persona tatuada, y de la idea de armar un buen local en Catamarca y poder vivir de lo que más le gusta hacer: dejar marcas en la piel.
 

- ¿Cuándo te empiezan a interesar los tatuajes?

- Empecé a ver que esto era lo que me interesaba de verdad a los 14 años, cuando me hice mi primer tatuaje y a partir de ahí me seguí tatuando y tratando de aprender de qué se trataba esto. Pero desde siempre me gustaron los tatuajes, ya desde chico era una especie de locura, agarrar a mis hermanos y pintarlos con lapicera o en el cole también hacerle cosas a mis amigos. De grande comencé a juntar plata y en 2009 me pude comprar la máquina y las tintas para arrancar. Todavía la guardo de recuerdo, es una asesina esa máquina (se ríe), pasa que al principio al no estar mucho en el tema uno no conoce bien sobre marcas o calidad. Hoy en día ya cuento con unas buenas herramientas, y eso ayuda demasiado. Aparte, el hecho de tratar de capacitarse permanentemente también es una ayuda; si bien es un laburo en el que uno aprende trabajando, me tocó hacer cursos con Cancerbero, por ejemplo, uno de los mayores distribuidores en Argentina, sobre calibración de máquinas para tratar de tener las herramientas siempre en el mejor estado.

- ¿Recordás cual fue el primer tattoo que realizaste?

- El primer tatuaje que hice fue a un chabón que le tatué el nombre de su padre. No se trataba de un amigo ni nada; un día se me acercó porque me vio tatuado y me preguntó si me dedicaba a esto, le dije que recién arrancaba y él estuvo de acuerdo y lo hicimos. Hoy en día lo cruzo por ahí y el trabajo todavía se luce perfecto, eso me deja tranquilo, más sabiendo que fue el primero.

- ¿Hoy en día genera menos prejuicios llevar un tatuaje en la piel?

- Se hace más común, es cierto, en mi forma de ver la gente mira mucha televisión y ahí ya aparece mucha gente con tatuajes, los “famosos”. La gente más que tener miedo al tatuaje en sí, teme por lo que van a hacer de sus vidas en un futuro, pensando que eso puede interrumpir o afectar de alguna manera lo que hagan, por el hecho de llevar dibujos en la piel. Yo pienso que un tatuaje no te puede frenar nada, antes quizás se pensaba que la gente tatuada no estaba apta para algunas cosas, y no pasa por ahí, no hace diferencia a la calidad de persona o las capacidades que puedan tener para realizar un trabajo en la vida y eso se está demostrando ahora.

- ¿Qué consejos les das a los que se quieren tatuar por primera vez?
- Al que viene con la idea de querer hacerse algo pero no sabe qué, prefiero decirle que no se haga nada. Con decirte que el primer tatuaje que me hice a los 14 años lo hice por las ganas de hacerme algo simplemente, sin saber qué, y luego terminé tapándolo. Es el único que tuve que taparlo, de los demás no me arrepiento de ninguno. Trato de persuadirlos a que no se lo hagan, una persona debe estar segura de lo que se va a hacer. Muchos sólo lo quieren por estética, que no está mal tampoco, pero el tema es mirarse frente al espejo e imaginarse con el diseño hecho. Es algo para toda la vida, por eso uno se debe tomar el tiempo necesario para decidir no sólo qué se va a tatuar, sino también en qué parte del cuerpo.

- ¿Y sobre las zonas a tatuar también les decís algo?

- En realidad duele en cualquier parte, es obvio que hay zonas más sensibles, como puede ser el pie por ejemplo, donde el tatuaje duele más. Igual se trata de un dolor totalmente aguantable, no es algo que no se pueda soportar. Aparte, la idea es disfrutar incluso de eso, ya que es algo que vas a llevar en la piel por siempre, no hacer de ese momento un recuerdo doloroso sino todo lo contrario. No es una tortura, no hay que tener miedo al dolor.

- ¿Sos de fijarte metas de laburo o proyectos con tu trabajo?

- Ahora estoy trabajando y es todo ahorro, la idea obviamente es armar un local para poder trabajar más cómodo, pero igual todavía tengo la idea de trabajar un poco más en Córdoba antes. Me di cuenta de que allá puedo abrir un poco más la mente y expandir con ideas bien copadas que me sirven también para aprender. Pero la idea básica sigue siendo armar un local acá en Catamarca para trabajar.

- ¿La idea tuya es vivir del tatuaje?

- Sí, es lo que amo y lo que mejor sé hacer. Cada tatuaje, ya sea chico o grande, lleva para mí la misma dedicación. Poder vivir de esto es lo mejor que me puede pasar en la vida, ya que es mi arte.

- ¿Qué sentís cuando ves a alguien por la calle llevando algo que vos le hiciste?

- Es como ver un cuadro mío caminando (ríe). Hablando en serio, es algo que me enorgullece mucho, pero es más especial cuando alguien viene a buscarte por algún trabajo tuyo que vio por ahí, sabiendo de la forma en que trabajas y que le guste lo que hacés. De alguna forma eso me sirve y me ayuda a crecer mucho más. Que quieran llevar algo tuyo en la piel se siente raro pero es genial.

- ¿Cuál es tu estilo favorito?

- Me gusta mucho el new school, lo que más hago yo es el denominado “full color”. Es un estilo que aún es poco explotado en Catamarca. Son diseños con colores fuertes donde predomina el dibujo grafiteado por llamarlo de alguna manera. Lleva muchos tonos de luces, tiene una especie de caricaturización. Es el tipo de tatuaje de la nueva escuela. El que le voy a realizar a Luciana ahora (ver foto) es un ancla del estilo tradicional, con un pequeño toque de new school, por los brillos y los colores que lleva, es una combinación.

- ¿Siempre tuviste el apoyo de tu familia?

- Mirá, yo vengo de una familia con fuertes raíces católicas, es más, son dueños de una tradicional santería de Catamarca. Sin embargo, siempre me apoyaron y me ayudaron a seguir con esto al ver que de verdad era a lo que quería dedicarme. Al principio recuerdo cuando llegué a casa con mi primer tatuaje fue un poco complicado el asunto, pero después lo aceptaron re bien, es más en un momento estuve tatuando arriba del local de la santería. Era algo extraño cuando los clientes me iban a buscar abajo, un poco confusa la situación (ríe). Mis amigos también siempre me hicieron el aguante, en especial los que comparten la misma pasión que yo, como Daniel de “Sin on skin” y Juanka Tattoo, haciéndonos el aguante en lo que podemos siempre.

- ¿Hay muchos buenos tatuadores en la provincia?

- Hay varios y muy buenos, lo que sí no hay son demasiados locales armados de tatuaje, muchos trabajan como yo en sus casas pero el nivel de algunos es realmente bueno. Y a nivel nacional también hay grandes referentes. Me ha tocado compartir con ellos en algunas convenciones y uno aprende una banda de ellos. Realmente no nos podemos quejar porque el nivel que hay en provincias como en Córdoba o en Buenos Aires es realmente excelente.

- ¿Te ha tocado participar en convenciones?

- Todavía no, pero por decisión propia. Sí fui a ver y a ser parte de alguna manera, pero pienso que me va a llevar un tiempo participar de alguna porque quiero sentirme realmente preparado, no es una prioridad por ahora. Quiero terminar de desarrollar mi propio estilo antes. Quizás en Catamarca mis trabajos sí resaltan por los colores y el estilo, pero en otras provincias o en una convención aún no tanto. Igual soy de pensar que ningún tatuador es igual a otro, todos tienen su forma y su estilo que los hace diferentes.

- ¿Estos años se encarecieron un poco las herramientas?

- Se complicó un poco por el tema de las importaciones; imaginá que todo el material que usamos es importado, desde las agujas hasta los guantes y los pigmentos. Entonces los precios se dispararon un poco y a veces hasta cuesta conseguir, pero bueno, se hace lo que se puede. Hay pigmentos nacionales también pero no son de lo mejor, y la idea es trabajar con lo mejor que se consiga, por eso yo particularmente no los uso.

- ¿Cuál es el tiempo máximo que has realizado un trabajo?

- Me tocó una vez tatuar durante siete horas a alguien, pero creo que nunca más. Terminé con un cansancio no sólo en el brazo o en la cintura, sino también mental, porque se trabaja con una tensión que termina siendo un riesgo. Cuando se trata de tatuajes grandes, prefiero dividirlos en sesiones.

- ¿Hay cosas que has preferido no tatuar?

- Me pasa por ejemplo con la gente que quiere tatuarse nombres, salvo que sea el nombre de un familiar o de una persona realmente importante. Pero muchos vienen con la idea de tatuarse el nombre de un amor y trato de persuadirlos, porque es algo que no van a poder borrar de su cuerpo. Tampoco me gusta copiar tatuajes, que alguien traiga un diseño impreso de internet para que sólo trabaje sobre eso es algo que no me atrae demasiado, prefiero poder dejar algo de mi estilo en un tatuaje. No creo que un artista se ponga en el trabajo de copiar una Mona Lisa, por darte un ejemplo, sino que siempre uno trata de dejar su huella en cada diseño. Muchos lo hacen, pero ya se trata de una cuestión comercial.

- ¿Qué significa el tatuaje en tu vida?

¡El tatuaje es mi vida! Significa mucho más de lo que pueda llegar a decirte ahora o definir en palabras. Es llevar arte sobre la piel, es el único arte permanente sobre lienzo vivo, en cierta forma congelar una parte de mi historia, ya sea en mi piel o en las que me eligen para tatuarse.

 

Texto: Marcos Córdoba
Fotos: Marcos Córdoba y Rodrigo Constán
Contacto: facebook.com/rodrigo.constan

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