Gaspar Gómez

“Se puede hacer cine fuera de Buenos Aires”

martes, 2 de abril de 2013 00:00
martes, 2 de abril de 2013 00:00

Una historia que habla del vínculo entre un padre y una hija, que se forja en un viaje a bordo de un viejo Citroën por desérticas rutas mendocinas. Ése es, a grandes rasgos, el argumento de “Road July” la película del director mendocino Gaspar Gómez que este jueves 4 de abril a las 21 se estrena en el Cine Teatro Catamarca, donde funciona el Espacio INCAA Catamarca.
Road July fue producida y filmada íntegramente en Mendoza, con un equipo técnico y elenco de esa provincia, y cuenta con la participación especial de dos reconocidas actrices: Mirta Busnelli y Bettiana Blum.
En Mendoza, estuvo 14 semanas en cartelera, dándole nuevos bríos al cine de esa provincia. Muy bien recibida por la crítica y el público, se presentó ya en siete de festivales nacionales e internacionales, destacándose en el Festival de Cine Latino de Nueva York, donde, en 2011, fue nominada como mejor película y Gómez, como mejor director.
En esta entrevista, el cineasta habla de su trabajo, de sus vínculos familiares con Catamarca –de donde es oriunda su familia materna- y de cómo los argentinos ven al cine nacional.

-¿Cómo surge Road July?
-Yo venía hace mucho con un pequeño cuentito de una nena que viajaba con su padre pero no era, ni por lejos, una película. Y en algún momento eso fue tomando forma y surgió la idea de adaptar esa historia a una historia para largometraje sobre la base de cómo dos desconocidos -porque al comienzo de la película no se conocen a pesar de ser padre e hija- pueden transformar un vínculo a través de un viaje, un viaje con un Citroën, un viaje por el desierto y con muchas cosas que suceden. Ése fue un poco el punto de partida con el cual trabajamos.
Para nosotros es importante poder hacer cine siendo que no somos de Buenos Aires y no estamos en Buenos Aires. Lo primero que salta cuando uno ve este recorrido que hemos hecho es que se puede hacer cine argentino fuera de Buenos Aires, aunque no sea lo más común. Somos un equipo de Mendoza, con un elenco de Mendoza, salvo las dos actrices más conocidas. Nuestra productora –Oeste Films- está decidida a hacer cine desde Mendoza. Road July representa ese punto de partida al mundo del cine y nos ha ido súper bien.

-¿Cómo recibió el público la película?
-Road July es una película para toda la familia, una historia entretenida que hace reír, que habla de las relaciones familiares, tiene muchas cosas que hacen que sea bienvenida por la gente y también me parece que hace que la gente se sienta mejor cuando sale de ver la película que cuando entró. Es un mensaje positivo, que es bien recibido por el público, que a veces está cansado del cine bajón o del cine que nos hace pasar momentos más duros.

-¿Cuál ha sido hasta ahora tu carrera en el mundo del cine?
-Después de estudiar cine, egresé en el ‘98, empecé a hacer carrera publicitaria, soy docente en la Escuela de Cine y Video de Mendoza, y después de mucho tiempo de trabajar en películas y ser editor de muchas publicidades tuve la posibilidad de meterme en el mundo de cine para hacer películas.
Road July es mi segunda película, pero es mi primera película con proyección internacional, que entra al circuito comercial. Ya había hecho antes “Crudos”, una película que funcionó internamente como escuela, que nos sirvió como muestra de que podíamos hacer cine, una película que hizo un recorrido humilde por festivales y público.
En cambio, Road July es una película un poco más grande y ya dentro del sistema, con aportes del Instituto Nacional de Cine (INCAA) y lo primero que podemos salir a mostrar al mundo.

-¿Cuáles han sido las repercusiones que tuvo la película?
-La película pasó por siete festivales internacionales, nos fue muy bien en todos, ya de por sí es un placer quedar seleccionados para un festival. Especialmente nos fue muy bien en Nueva York, ahí fue nominada en un ciclo de cine latino, a mejor película y yo, como mejor director. Después estuvo en Tolousse, Francia, en el Encuentro de Cine de América; en el Festival de Cine Latinoamericano Speelfilm 2011 de Utretch, Holanda; en el Deadcenter Film Festival 2011 de Oklahoma, Estados Unidos; en el 5° Festival de Cine Argentino en Leizip, Alemania y en el 25° Festival de Cine de Mar del Plata en 2010.
En Mendoza estuvo 14 semanas en cartel, fue como un pequeño boom en Mendoza, por el hecho de ser local. Así que nos ha dado muchas satisfacciones.

-Al haber tenido tan buena recepción en tu provincia, no sufriste eso de no ser profeta en tu tierra
-Lo bueno es que la película rompió con ese concepto. Siempre pasa que la localía parece ser un valor menor, pero de pronto cuando la gente vio que la película era como una película de cualquier parte del mundo la reacción fue al revés: “Qué bueno, podemos hacer películas como en cualquier otro lado, no es un producto menor por ser local”.

-El estreno en Argentina fue en Mendoza, ¿y después?
-En Buenos Aires va a llegar ahora en junio. Tuvimos una fuerte promoción en Mendoza, estuvo en Espacios INCAA de San Juan y La Rioja, ahora llega a Catamarca, pero ha venido muy bien en repercusión, la película gusta. Estuvo también como parte del festival itinerante en Mar del Plata, por lo cual fue también exhibida en Rosario, así que ha tenido bastantes posibilidades de llegar a la gente.

-Road July ha sido realizada con el apoyo del INCAA ¿Cómo ves ese tipo de apoyos para el cine ‘independiente’?
-Lo bueno del INCAA es que por más que uno tenga apoyo, tiene libertad creativa. El INCAA no es un organismo que te diga qué hacer. Una vez que se aprueba el proyecto uno trabaja con total libertad creativa, eso es muy importante. Desde ese punto de vista, la película es sin dudas cine independiente y es el tipo de cine que uno querría hacer siempre, sin tener que responderle a nadie.

-Además te permite recorrer el país con tu película…
Te permite un montón de cosas, te permite proyecciones en Espacios INCAA, ir a los festivales internacionales, te da un presupuesto para técnicamente darle a la película el piso de calidad que requiere. Es muy valioso que tengamos un Instituto de Cine que pueda ayudar a hacer películas no sólo de Buenos Aires sino de todo el país.

-¿Cómo es hacer cine en Mendoza?
Mendoza, de un tiempo a esta parte, es una ciudad que cuenta con una masa de actores importantes, con técnicos de cine capacitados que están constantemente trabajando en publicidades o en películas que se filman en el lugar. Mendoza cada vez tiene menos de qué quejarse, por decirlo de alguna manera. Por ahí, se siente la distancia con Buenos Aires para cosas específicas que en otro lado no conseguís, pero cada vez son menos, y cada vez hay menos diferencias entre filmar en Mendoza y filmar en Buenos Aires.
Hace unos diez o quince años atrás era difícil armar un equipo técnico, encontrar gente capacitada y por suerte todo eso ya está resuelto. Para mí, es la felicidad de hacer el trabajo que quiero hacer sin tener que irme de mi lugar.

-Y si se va nivelando el tema de la realización cinematográfica, ¿cómo ves el tema de la circulación, del circuito de exhibición del cine argentino?
-Siempre es difícil para cualquier realizador independiente, desde Mendoza, desde Buenos Aires o desde donde sea, conseguir lugares para exhibir. El circuito de distribución del cine argentino sigue siendo un problema a resolver. Porque están las cadenas copadas por el cine hollywoodense y queda muy poco espacio para el cine argentino. Eso sigue siendo muy complicado, pero no es imposible, en la medida en que la película siga avanzando y sumando espectadores.
Tenemos muy buenos directores de cine, muy buenas películas y está muy difícil para esas películas llegar a las pantallas. Me parece que esto es un área en la que hay que tratar de mejorar. De cualquier manera, en la medida en que existan posibilidades como éstas, del Espacio INCAA en Catamarca, de a poquito uno logra que la película llegue a la gente.

-¿Cuál es la consideración que, crees, tiene el espectador argentino del cine nacional?
-Argentina tiene un cine muy diverso, puede ser que en Argentina se de eso de la cosa local, que parece que es mejor lo que viene de afuera, pero son cosas culturales. A mí me pasó de ver en Nueva York como veía el cinéfilo estadounidense el cine argentino y lo tenía súper bien rankeado, lo ponía en valor quizás más que nosotros mismos. Así que me parece que está bueno el ejercicio de ver los productos del cine nacional, porque si no nos los estamos perdiendo y hay cosas muy interesantes.

-El estreno de tu película en Catamarca tiene algo especial porque tenés raíces catamarqueñas
-Así es. Mi mamá es catamarqueña, toda mi familia materna está en Catamarca, soy Gómez Molas, mi abuela tuvo 16 hijos así que somos muchos los Molas en Catamarca. Para mí, Catamarca tiene todo eso extra de poder presentar la película ahí y que también la pueda disfrutar mi familia.

 

Entrevista: Colaboración de la Secretaría de Cultura

 

La Peli

Santiago es un hombre desordenado e inconstante. July tiene diez años, ha perdido a su madre hace seis meses y no conoce a su padre. Valeria, tía de July, le propone a Santiago que lleve a July a San Rafael, donde la niña suele pasar las vacaciones con su abuela materna. Santiago se muestra reticente pero este viaje representa su única oportunidad de conocer a su hija. Santiago y July emprenden un largo viaje a través de las desoladas rutas mendocinas en un viejo Citroën. A lo largo de la travesía, Santiago y July tendrán la posibilidad de conectarse por primera vez como padre e hija en un viaje que cambiará sus vidas para siempre.
 

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