Cara a cara

“Me preocupa la desigualdad que hay en la sociedad”

Hoy: José Martín Saadi
domingo, 21 de mayo de 2017 00:00
domingo, 21 de mayo de 2017 00:00
V  Volviendo un poco la mirada en el tiempo, añora la paz de Las Juntas, los días felices de su niñez en Siján (Pomán). A los 42 años y de profesión médico, se ha ganado un lugar de importancia en el Hospital Italiano, en Buenos Aires. Casado con Magdalena y papá de Facundo, nos cuenta que toda la escuela la hizo en el Colegio "Padre Ramón de la Quintana”. Simpatizante de Boca Juniors, no oculta su beneplácito cuando habla del club de sus amores en Catamarca: Juventud Unida de Santa Rosa. Por tratarse de un catamarqueño destacado, el protagonista del Cara a cara de este domingo es José Martín Saadi.
  -A modo de presentación: sos médico especializado en cirugía laparoscópica y endoscópica, cumpliendo funciones en el Hospital Italiano de Buenos Aires.
    -Sí. Además, soy ginecólogo y aparte hago una subespecialidad que es ginecología oncológica. Estoy a cargo también de la Sección de Cirugía Laparoscópica y Endoscópica.
  -En el año 2012, fuiste protagonista de una operación inédita hasta entonces. ¿De qué se trató?
  -En el año 2000, en Francia, se empezó a practicar una cirugía que es para tratar a las mujeres con cáncer de cuello de útero, de modo de poder curarlas y preservarles la fertilidad. Dos años después, en el 2004, quien fue mi jefe, el Dr. Roberto Testa, empezó a hacer ese tipo de cirugía, pero abriendo el abdomen, algo que se hizo durante mucho tiempo. Respondiendo puntualmente a tu pregunta, en el 2012 lo que hicimos fue: como se trata de una cirugía que es para mejorarle la calidad de vida a las pacientes, además de curarlas, fuimos un pasito más adelante. Se hizo una cirugía mínimamente invasiva, a través de la vía laparoscópica y fue el primer caso en Latinoamérica, desde el Hospital Italiano. En el mundo había muy pocos casos, se habían conocido menos de 30.
  -¿Por qué la elección de médico en tu vida?
  -Elegí medicina, en gran parte, por el ejemplo de mi papá. Lo veía desde chico y me gustaba la profesión que tenía; además considero que es una profesión que reúne varios elementos: lo profesional, lo técnico y fundamentalmente lo humano. Tiene la medicina un perfil social muy fuerte, algo que me inclinó a su elección.
  -También por influencia de tu padre podrías haberte dedicado a la política.
  -Me gusta mucho la política y de manera particular su costado social. Entiendo, desde ese punto de vista, que sin ocupar un cargo político, desde la medicina uno puede realizar cosas importantes ligadas a la política y a la profesión médica.
  -Un reconocido comprovinciano profesional médico, como es el Dr. Roque Córdoba, dijo en una entrevista que se publicó en este mismo diario, que se trató en un evento internacional en Estados Unidos que el tercer motivo de riesgo de vida en el terreno de la medicina es el error humano. ¿Cuál es tu opinión sobre esa referencia?
  -El tema puede tener varios enfoques. En el campo nuestro, el de la ginecología, puede haber un error humano en lo que son las campañas de prevención. Por ejemplo, en el cáncer de cuello de útero, uno se encuentra con pacientes con la enfermedad avanzada, que muchas veces se puede evitar a través de una correcta prevención. Después, lógicamente se avanzó mucho en medicina y hay cada vez más subespecialidades, que apuntan precisamente a achicar los márgenes de error.
  -Hoy se habla del cáncer de una manera infrecuente en relación a otras épocas. ¿A qué se debe?
  -Se habla más porque se conoce mucho más que en otros tiempos, respecto del cáncer. Claro que va de la mano con el mayor conocimiento que se tiene sobre el tema. El cáncer existió siempre, pero por ahí, en otras épocas, hubo mujeres que morían sin saber que morían de cáncer; tal vez sin realizar las consultas correspondientes. Considero que se ha evolucionado mucho por cuanto se considera a la terapéutica del cáncer como un proceso multidisciplinario, donde confluyen el médico, el psicólogo, gente especialista en nutrición, el oncólogo clínico; todo lo que representa el debido  acompañamiento a un paciente con cáncer.
  -A menudo se escucha el pronunciamiento de "salud para todos”, algo que muchas veces no llega íntegramente al interior profundo de nuestro país.
  -Ocurre que, e insisto en el tema, muchas veces falla la aplicación correcta de los programas. Creo que la Argentina adolece de un programa de salud claro, o al menos muestra falencias en su implementación, dado que mucha gente queda excluida de la atención o de la prevención. Incluso hay quienes no tienen el acceso al servicio de salud en su plenitud; no son pocos los que están excluidos. Sin duda es una problemática muy compleja; no se trata solamente de una cuestión económica a la hora de invertir en salud, sino más bien de cómo se distribuyen los recursos para el sector, y me refiero puntualmente a los recursos humanos, edilicios y técnicos. Por ejemplo, hay programas de residencias en los cuales no está establecido claramente hacia dónde van esos residentes una vez que se incorporaron a la vida de la medicina. Se dan casos en que muchas veces hay una superpoblación de médicos en una zona determinada, mientras que en otras se carece del profesional médico.
  -Recientemente se presentó el libro "Cirugía Laparoscópica en Ginecología Oncológica”, en el que has tenido una especial participación.
  -El libro tiene su basamento justamente en lo que comencé a desarrollar en el Hospital Italiano. A la actividad la había iniciado el Dr. Testa hace bastante tiempo y como se trata de una técnica nueva, me preocupé en perfeccionarme sobre la misma. Por una cuestión generacional, me tocó después profundizar en la especialidad y en el 2008 me fui a Houston (Estados Unidos) a perfeccionar la técnica. Luego, ya en el Hospital Italiano, empezamos a tratar la gran mayoría de los cánceres por vía laparoscópica y al poco tiempo ya éramos referentes sobre el tema. A medida que fue pasando el tiempo fuimos ganando en experiencia, con una particularidad: teníamos mucha información guardada. Y en medicina ocurre que cuando se acumula información uno trata de publicarla en una revista científica, a nivel internacional; pero dada nuestra ubicación geográfica muchas veces se hace difícil poder incorporar los trabajos en esas revistas especializadas. Y para no desperdiciar la información existente, se me ocurrió escribir un libro; lo hablamos con el Dr. Roberto Testa y con la Dra. Myrian Perrotta y le dimos para adelante con el proyecto, y le apuntamos a una editorial muy fuerte como es Panamericana. A la empresa editora le gustó el proyecto, dado que hasta ese momento había solamente dos libros en el mundo: uno en Canadá y otro en Francia, de manera tal que este es el tercer libro. Fueron tres años de trabajo, se terminó en noviembre del año pasado y en abril de este año salió la primera impresión.
  -¿Qué significa en tu carrera el Dr. Roberto Testa, aludido en más de una oportunidad en esta charla?
  -Un referente, sin lugar a dudas. Testa fue compañero de mi papá durante la época de residencia; además, son amigos. Recuerdo que cuando llegué a Buenos Aires a hacer la residencia, él era jefe del servicio y de alguna manera fue como que me apadrinó. Hice toda mi formación a su lado y justamente hacía lo mismo que yo, es decir oncología, cirugía; crecí a la par de él.
  -Antes de llegar a esta etapa en tu carrera profesional, hubo un antes. ¿Cuánto tuvieron que ver tus padres para alcanzar lo logrado?
  -Mucho. Uno se ha creado aquí, en Catamarca y digo que eso fue muy bueno, porque es como que uno se fue haciendo en la adversidad, en algunos aspectos y desde otros rodeado de mucha felicidad. Irse a estudiar a Córdoba ya significó un desarraigo, pero sabía que desde la casa contaba con todo el apoyo porque siempre hicieron lo posible para darnos lo mejor. Vivimos en una casa con seis hermanos, en un clima de  verdadera armonía, en un lindo marco familiar, con valores muy arraigados a ese sentido de pertenencia que representa ser provinciano: la escuela, los maestros, el barrio, los amigos, en fin: todo eso tan simple pero tan extraordinario a la vez. A no dudar que mi papá y mi mamá siempre fueron nuestro espejo.
  -Si tomamos a la salud como sinónimo de vida, nos imaginamos el desafío asumido por tu parte.
  -Aparte del gran desafío asumido como profesional médico, hay algo que a mí me gusta mucho: la docencia. Creo que uno tiene que dejar una huella de lo que hace; no hacerlo es como que no tendría ningún sentido lo que uno hace. Eso para mí tiene un gran significado. Si bien me toca estar en el Hospital Italiano, permanentemente estoy en contacto con la gente de Catamarca, no solamente con lo que tiene que ver con mi profesión, sino también con los que van por diversos motivos al hospital; es un compromiso que tengo como catamarqueño. Después, ya relacionado con lo que hago, trabajo día a día para que se progrese en la cura del cáncer, tratando de encontrar siempre algo que ayude a mejorar las condiciones de vida de los pacientes. Estoy en permanente contacto con mis comprovincianos, por cualquier razón; siempre estoy dispuesto a dar una mano en lo que se pueda. Es más: me gustaría hacer algunas cosas aquí, en Catamarca, pero todavía no se dio la oportunidad.
  -Desde el punto de vista profesional, ¿has pensado en volver a Catamarca?
  -Sinceramente, en estos momentos no. Pienso que soy más útil estando allá, donde todavía uno puede seguir creciendo, para seguir mejorando. Pero sí, me gustaría mucho, en determinado momento de mi carrera, ayudar a la formación aquí. Todos los conocimientos adquiridos en el Hospital Italiano, un centro de referencia de la medicina en el país, me gustaría poder aplicarlos acá. Allá tengo formado un equipo de trabajo y me gustaría hacer lo mismo en Catamarca, pero bueno, eso no depende de mí. En ese sentido soy muy respetuoso, pero  he colaborado las veces que se me ha pedido alguna colaboración.
  -Imaginamos que el mecanismo de aprendizaje debe ser un desafío de todos los días.
  -Lo que pasa es que uno toma conciencia de que, a medida que va creciendo, la vara se pone cada vez más alta; todo se hace cada vez más difícil y el margen de error es más chiquito. Tengo los pies sobre la tierra en todo lo que hago y en todo lo que logro; siempre estoy dispuesto a la capacitación e incluso hice amigos de otros países con los cuales estoy conectado de manera permanente. Además, el Hospital Italiano es muy exigente en cuanto a la capacitación; no seguir esa línea te deja al margen. Si hoy estamos haciendo algo, mañana hay que hacer algo nuevo y mejor.
  -Pasado el tiempo y mirando un poco hacia atrás, ¿qué opinión te gustaría escuchar de vos por parte de los demás?
  -Primero, que uno fue una buena persona. Después, si he llegado a enseñar, que fui un buen maestro en mi profesión. Me gustaría también, por supuesto, tener el reconocimiento de los pacientes.
  -En la actualidad, ¿qué es lo que te hace más ruido de Catamarca, sea a través de la información o lo que te cuenta tu familia?
  -Antes que nada, debo decir que me crié aquí y tuve una crianza muy linda, a esta altura de mi vida no la cambiaría por nada. Pero creo también que, lamentablemente, muchas cosas han cambiado y una de las cosas por las cuales añoraba volver a Catamarca era la tranquilidad, la paz. Y hoy me duele que esa tranquilidad, esa paz, no sean las mismas que cuando éramos chicos. Te cuento algo al respecto: mis padres toda la vida tuvieron una casa en Las Juntas, algo así como el paraíso para nosotros. Y en la actualidad, esa casa en Las Juntas tiene rejas por todos lados, porque entraron a robar; esto es algo que a mí me preocupa, porque jamás pensé que eso a Catamarca iba a llegar. También me preocupa lo que pasa en todo el país: la desigualdad, que es tremenda en la sociedad. Siempre hubo diferencias, más que sociales, económicas. En la actualidad, la desigualdad desde lo económico es muy grande y esto es doloroso.
  -¿Un deseo para Catamarca?

  -Que la gente viva bien. Que sea feliz, que pueda andar tranquila por la calle.

 Por Kelo Molas

Un agradecido de la vida

 

 

 

El orgulloso papá, Dr. José Daniel Saadi, participó de la charla mantenida con su hijo. Ante nuestro requerimiento, dijo sobre José Martín: "Es un chico que siempre nos ha dado satisfacciones; soportó una enfermedad que por supuesto también la padecimos toda la familia, algo que nos marcó mucho. Soy un agradecido de la vida, un agradecido de Dios por ver los logros alcanzados por mi hijo. Trato de acompañarlo en todo lo que él encare y cuando voy al Hospital Italiano, me vuelven los recuerdos hasta el día en que ahí nació quien hoy es uno de sus médicos. Más contento me pongo cuando escucho hablar bien de él en el Italiano y de manera especial cuando son los propios catamarqueños los que destacan sus acciones. Conozco que José Martín se preocupa por su gente, por tender una mano cuando es necesario. Me congratula además escucharlo decir que tiene ganas de seguir aprendiendo, de seguir creciendo. Me llena de orgullo saber que, al margen de su carrera profesional, todo lo ha logrado con esfuerzo y humildad, virtudes que adornan su personalidad. Todo lo que hace me hace muy feliz; la misma felicidad que siento por todos sus hermanos”.


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Indiferencia

Comentarios

9/5/2019 | 14:32
#149003
Tengo el orgullo y honor de conocer a este ser humano excepcional y profesional de excelencia. Mis felicitaciones por el lanzamiento de su libro y más éxitos en su carrera que se convierten en mejores tratamientos en sus pacientes.
24/6/2018 | 04:27
#149002
QUÉ ASCO

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