Cara a cara

“La pobreza es una realidad y no la podemos ignorar”

Hoy: Padre Julio Ávalos.
domingo, 28 de octubre de 2018 00:00
domingo, 28 de octubre de 2018 00:00

Forma parte de una conocida y tradicional familia catamarqueña: Avalos. Familia de reconocidos profesionales, algunos de ellos médicos, estrechamente ligados al deporte, a lo artesanal y a todo que tenga que ver con lo social. Es flamante jubilado como docente, en su calidad de ingeniero agrónomo. La figura del recordado y querido padre Santiago Sonzini influyó en su vocación sacerdotal. Estuvo seis años como cura párroco en San Isidro Labrador (San Isidro, Valle Viejo), donde dejó su sello: al finalizar la misa esperaba a los fieles en la puerta del templo, saludaba a uno por uno y les daba la bendición. “Para estar más cerca”, dice y lo sigue haciendo ahora en el Parque América. Quienes lo conocen no dudan en calificarlo como un “cura bueno”, un “curita gaucho”. Hoy llevó su impronta al barrio norte y allí, en la capilla de San Pantaleón, a metros de la rotonda de la entrada al barrio Altos de Coya, nos encontramos con el protagonista del Cara a cara de este domingo: el sacerdote Julio Arnaldo Avalos.


  -En este tiempo signado por la crisis, ¿se hace necesario realizar un trabajo más profundo en lo social, más allá de la tarea religiosa?
  -No solamente es necesario. Hay que hacerlo de todas maneras, porque hoy por hoy los esfuerzos aislados no arrojan resultados positivos, de modo que hay que articular acciones en beneficio de la gente. Le doy un ejemplo: Nosotros, a la caquetesis la estamos dando en la escuela municipal de la zona, a la vez que ayudamos en lo que necesitan. Entonces, hay una mutua colaboración. Sea con la escuela, con el SE.PA.VE (Sede de Participación Vecinal), la Casa del Niño y las postas. Es fundamental tener una mirada múltiple de los problemas, para luego poder hacer. Había un método antiguo de la doctrina social de la Iglesia que era ver, juzgar y actuar.
  -Por estos días, con tantas agobiantes problemáticas, hasta prestarle el oído a la gente es importante.
  -Efectivamente. Aquí, alrededor de esta mesita, recibo algunas noches a los chicos que tienen problemas de adicciones, conversamos, tomamos una gaseosa y luego se van. En ese tiempo que están aquí, no andan dando vueltas por la calle. Hoy, el escuchar al otro, es una de las virtudes fundamentales; algo que lamentablemente habíamos perdido. ¿Uno de los motivos por los cuales perdimos la sana costumbre de escuchar al otro? Sin dudas: el celular. Estamos más pendientes de ese aparato que lo que dice la otra persona. En cuántas casas, a la hora de comer, todos están pendientes de los celulares.
  -¿Cuántos barrios están bajo la jurisdicción de su parroquia?
  -Muchos. Están Altos de Choya, Eva Perón, Parque América, todas las viviendas ubicadas en el sector Norte, parte de La Esperanza, Magisterio, 11 de Mayo y otros. 
  -¿Ha notado que la mayoría de los fieles de este sector está conviviendo con la pobreza?
  -Sí, absolutamente. La pobreza es una realidad que tenemos y no la podemos negar, muchos menos ignorar. Pero, a pesar de esa pobreza, podemos ver también la gran solidaridad que hay en la gente. Y eso es fundamental. Porque Jesús dijo: “Felices los pobres de espíritu”, es decir: felices aquellos que saben dar desde la pobreza. Uno lo ve cuando se organiza algo y se necesitan cosas, porque todas las familias asumen el compromiso de colaborar. Por ejemplo, vienen los días de Primera Comunión y surge la necesidad de hacerles una reunión para los chicos; y ahí surge ese espíritu solidario. El pobre es el que sabe dar al otro, sabe desprenderse de las pocas cosas que tiene. Como decía la santa Teresa de Calcuta: “Cuando damos y nos duele lo que damos, estamos dando con grandeza”. Todos tenemos dignidad de personas porque somos hechos a la imagen y semejanza de Dios, pero el pobre tiene eso que puede padecer una dificultad económica, pero tiene una gran riqueza espiritual y eso se lo puede ver en estos barrios. Sabe compartir con el otro. Esto de la pobreza es muy duro. Hay veces que uno escucha decir: “hoy no tengo para comer”. Y duele. Lamentablemente la pobreza es una realidad que uno la vive todos los días. Pero gracias a Dios, hay solidaridad por parte de la gente. Aparecen las colaboraciones, pero es una solución momentánea. Algo hay que hacer para que los pobres tengan  para comer todos los días, pero es fundamental que tenga un trabajo que les permita ganarse dignamente la comida. La pobreza se nota cada vez más y va deteriorando a las personas. Un papá que no tiene trabajo, que busca hacer una changa y no encuentra. Es doloroso, como también es doloroso venir a pedir. Porque la persona que viene a pedir le duele hacerlo, pero uno sabe que lo hace por necesidad. Nosotros tenemos Cáritas aquí y lo fundamental es darles alimento, y también ropa.
  -¿Confesó a algún político?
  -(Sonríe) No, no. En esta zona no tenemos.
  -¿En qué momento de su vida descubrió la vocación de sacerdote?
  -Entré al seminario ya grande. Fui ingeniero agrónomo y trabajé en la universidad. Y hubo un sacerdote que realmente despertó mi admiración: el padre Santiago Sonzini. Iba a misa con él, ayudaba y acompañaba. Salía a recorrer, como él lo hacía siempre. Ahí me dije: “a esto también lo puedo hacer yo”. Ya tenía más de 40 años. Dejé todo por Jesús y lo seguí.
  -Esta zona, como tantas otras de la Capital y la provincia, padecen las consecuencias de la fuerte presencia de la droga. ¿Qué le dicen los chicos y grandes sobre el tema?
  -Sí, se habla del tema. Antes, le cuento que en el año 2007 los obispos dieron a conocer un documento denominado “La droga, sinónimo de muerte”. Ese documento nos habla que la droga llegó y se quedó, que no es algo pasajero. Reconociendo que hay droga, que la droga está, también creo y confío en que la mayoría de los chicos van a la escuela, estudian y trabajan. Es cierto, hay un porcentaje menor que ha caído en la adicción, y ese porcentaje nos habla del hermano caído al que tenemos que ayudar, acompañar y, como dijimos, escucharlo. Por eso es tan importante prestarle atención para saber cuál es la realidad de cada uno de ellos. No caben dudas que hay que hacer un trabajo más profundo, porque el Papa Francisco se refirió a los chicos que ni estudian ni trabajan. Entonces, el desafío es insertar a esos chicos en el sistema educativo, porque el estudio ayuda a superar muchos problemas. A muchos de los chicos que vienen a conversar aquí, uno les propone hacer ejercicios y realmente demuestran que son muy inteligentes, entonces hay que darles la oportunidad para que puedan aprovechar esa inteligencia. Considero que son chicos a los que les falta  contención y tener algo que los oriente bien en la vida. Queda claro que ayudándolos, acompañándolos y custodiándolos, pueden salir de las adicciones. Es difícil salir, es cierto, pero si hay una mano amiga cerca, es posible.
  -Creemos que además de la solidaridad para con los chicos que cayeron en la adicción, también es necesario que haya coraje de los vecinos para denunciar a los que venden la droga. Confiamos en que Usted tiene la suficiente valentía para hacerlo.
  -Totalmente. No tengo dudas que la droga que más les llega a los chicos es el pegamento y me pregunto: ¿quién la compra para quién? Un adulto para los chicos. Esas personas adultas son los principales cómplices y, por supuesto, el que vende la droga. Después, están todos los kioscos de venta de drogas que aparecen en los medios y que, según informaron, en este último año es cuando más aparecieron.
  -Hay vecinos valientes que denuncian los puestos de venta de droga. Hay que apuntarles a los que hacen su negocio vendiendo droga.
  -El documento al que aludía lo dice claramente: los adictos son personas enfermas. Pero hay otras escalas: el que vende y acumula ganancias y está el gran narcotráfico. Lamentablemente, hoy en día los  comercios que más rinden económicamente son: tráfico de droga y tráfico de personas, y por supuesto la prostitución, es decir todos comercios ilegales. Es todo lamentable, porque vemos a diario que se ataca a estas cuestiones ilegales, pero no se las puede detener; cada vez nos enteramos más de chicas que son llevadas a la prostitución. Y bueno, la droga es algo que llega a todos los sectores. También están las famosas “drogas legales”: alcohol y cigarrillo, los que generan todos los problemas físicos y derivan en accidentes fatales porque hay gente que conduce vehículos y no está en condiciones de hacerlo. Entiendo que tendría que haber un control más estricto sobre los autos y motos cuyos conductores no pueden transitar porque son un verdadero peligro, especialmente los fines de semana. Hace poco estuve unos días en Córdoba y allí es “alcohol cero” y es algo que se hace cumplir.
  -Un tema de adicción en la familia: ¿qué aconseja debe hacerse?
  -Cuando en la familia se presenta un problema de adicción a la droga o al alcohol, papá y mamá deben enfrentarlo. Cuando el hijo les cuenta el problema, los padres deben enfrentar la situación y acompañarlo en la recuperación. Está el centro de La Sala en Sumalao, el ex Humaraya, la casa Cenáculo en El Rodeo. Pero el acompañamiento primero debe estar en la casa, de las personas con quien el enfermo convive. Seguramente el chico está esperando una mano que lo ayude a salir.
  -¿Considera que el caso de la chiquita Sheila en Buenos Aires se pudo haber evitado si se hubiera actuado en base a las denuncias que había?
  -El Papa Francisco lo dice claramente: “Tenemos que custodiar a nuestros niños”. Papá y mamá deben conocer con quién o con quiénes quedan sus hijos. En el caso de esta niña, por lo que se sabe, ya había una serie de antecedentes que indicaban la necesidad de actuar para prevenir. Cuando no se les da a los hijos el tiempo que necesariamente deben tener, tanto en la niñez como en la adolescencia, después vienen las consecuencias  impredecibles, porque los chicos pueden seguir cualquier camino, menos el indicado.
  -Una pregunta indebida tal vez: ¿alguien le contó algo en particular que Usted debe guardar por el llamado secreto de confesión?
  -Todo lo que se nos confiesa representa un secreto de confesión. Desde lo más pequeño hasta lo más grande: uno lo tiene guardar. Porque la persona que se confiesa sabe que puede hablar todo y sabe también que va a quedar entre esa persona y yo. La confesión es el lugar donde la persona se siente tranquila en su conciencia porque lo dice todo. Así se manifiestan niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Eso es el secreto de confesión: lo que alguien le confesó se guarda hasta la muerte.
  -¿Adicciones y pobreza son los males de este tiempo?
  -Sí…pero no están tan relacionados. Hay una adicción que es la más común: el celular. Hoy todo el mundo es adicto al celular, gente que no puede estar sin el aparato en la mano. Otra adicción es la del juego y esto es muy grave. Hace muchos años, los casinos estaban ubicados en los lugares habitados por ricos para que los ricos le den dinero a los pobres a través de los bancos sociales. ¿Qué pasa hoy? Se instalaron casinos en los lugares más pobres. Fíjese en Catamarca: hay lugares con tragamonedas por todos lados y los que asisten no van en autos de alta gama. Lamentablemente, son muchos los pobres que van a dejar su dinero en esos lugares. También está la adicción a la pornografía, que ataca la mentalidad de nuestros niños que tienen acceso a ella. Tengamos en cuenta además a las fiestas electrónicas, donde va gente con dinero y hace correr todo tipo de drogas. Por eso entiendo como muy valioso que papá y mamá dediquen más tiempo a hablar de estos temas con los hijos.n
 

En favor de la vida

La pregunta hecha al sacerdote fue: ¿Cómo convive Usted con temas instalados en nuestra sociedad como la grieta, la violencia de género, las cuestiones sexuales y el aborto, por ejemplo? La respuesta del padre Avalos fue: “La Iglesia tiene un documento de hace muchos años que se llama ´Guía para la atención pastoral a las personas homosexuales´. La Iglesia dice al respecto: son seres humanos, entonces hay que ayudarlos y comprenderlos. Uno tiene conocimiento de gente que viene, se confiesa y busca la ayuda espiritual, de modo que la ayuda espiritual que se brinda es igual para todos. Pero quiero decir algo: si se pusiera tanto empeño en programas para prevenir las adicciones como se pone en el tema de la educación sexual integral, seguramente tendríamos menos problemas de adicciones. La mejor manera de atacar a las adicciones es con la prevención, ya sea en el hogar, en la Iglesia, en la escuela. En cuanto a la violencia de género, es un asunto muy duro. Uno escucha de manera permanente hablar del mal trato y la violencia se da tanto del varón a la mujer como de la mujer al varón en el contexto familiar. Aquí también hay que  ayudar, acompañar y, por sobre todas las cosas, escuchar”. Respecto del aborto, expresó: “La vida comienza en la concepción, cuando se une un óvulo y un espermatozoide. La Iglesia dice que allí Dios nos da un alma. Entonces, si la vida comienza en la concepción, cualquier acto que se haga en contra de esa vida representa a la muerte. Y el aborto es provocar la muerte. La Iglesia lo tiene bien definido: no se puede practicar el aborto bajo ninguna circunstancia. Es una posición de la Iglesia que mantuvo y mantendrá porque es doctrina también: no matarás, como nos dice uno de los evangelios. Aquí mismo, uno ha tenido la oportunidad de hablar con muchas madres pobres con muchos hijos, y dijeron: ´no entendemos cómo algunas mujeres pueden hablar en favor del aborto´. En síntesis: la doctrina de la Iglesia será siempre no al aborto y sí a la vida.”

En pocas palabras

  -Nombres y apellido: Julio Arnaldo Avalos.
  -Edad: 63 años.
  -Lugar de nacimiento: Córdoba.
  -Padres: Rosa Gómez y Julio Hipólito Avalos (el de la florería de calle Rojas entre Caseros y Ayacucho). Ambos maestros y catamarqueños.
  -Estudios: primarios, secundarios y universitarios en Córdoba.
  -Deporte: Simpatizante de Independiente de Avellaneda.
  -Barrio: Cada parroquia es como su propio barrio. En cada lugar uno va dejando un poquito de su corazón.
  -Un personaje: El padre Santiago Sonzini, un modelo a seguir. Y Juan Pablo II.
 -Mensaje para los pobres: A pesar de todo, que no pierdan la fe y la esperanza. 
 

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