Con un día espléndido, ayer se realizó la mega fiesta de casamiento de Mauricio Macri y Juliana Awada. Un amplio operativo periodístico de medios nacionales acampó en la tranquera de la estancia La Carlota, con la idea de no perderse ningún detalle.

En la tranquera, la organización había realizado un gran operativo para el confort del periodismo, que incluyó una carpa con catering y baños químicos.

A pesar de que las predicciones meteorológicas hablaban de fuertes tormentas, predominó un cielo radiante y  mucho sol.

La fiesta fue íntima, con no más de 200 personas entre familiares y los amigos más allegados de ambos.

Cerca de las 18, el jefe de gobierno porteño llegó en un carrito de golf hasta la tranquera para charlar con el periodismo. Vistiendo un traje casual color azul oscuro –regalo de Chiche Gelblung-, dijo sentirse feliz con su nuevo estado civil y además muy contento de estar festejando su boda en La Carlota.

-Dicen que la tercera es la vencida, ¿Juliana es la mujer de su vida? -preguntó un colega. "Creo que todos los que se casan piensan que encontraron a la mujer de su vida… pero la verdad que a esta edad es muy diferente que cuando uno es más joven", respondió Macri.

En cuanto a la posibilidad de que su esposa comience a participar en política, dijo que “no, me ha acompañado en una oportunidad, pero no se va a meter en política. No creo en el modelo de pareja en que los dos se superponen en el mismo ámbito de actuación”.

Antes de retirarse de la improvisada conferencia de prensa volvió a insistir en que ambos decidieron no aceptar regalos sólo donaciones destinadas a la Fundación de Susana Trimarco.