La imagen está tan fijada en aquella espigada rubia que le ponía voz a una perfecta maquinaria pop que cuesta creerlo: a los 61 años, murió Marie Fredriksson, cantante, tecladista y compositora sueca de Roxette. La artista venía batallando contra una agresiva forma de cáncer cerebral, y hace unos meses llegó a presentar una autobiografía donde cuenta la carrera del grupo y su pelea contra la enfermedad. Su último disco, Nü, se editó en 2013.

Nacida el 30 de mayo de 1958 en Össjö (Suecia), la cantante tuvo una carrera en la que combinó esfuerzos solistas con el derrotero del dúo formado junto a Per Gessle. Tras probar suerte con dos bandas que no alcanzaron a tener gran difusión –Strul y Mamas Barn-, Fredriksson editó en 1984 su primer disco, Het Vind, que fue un éxito en su país. Pero la explosión planetaria llegaría con Roxette, primero con el single “It Must Have Been Love” -que contó con el empujón extra de formar parte de la banda de sonido de Mujer Bonita- y luego con su segundo disco Look Sharp! (1988), que incluía el hit “The Look”. En 1991, Joyride colocó éxitos globales del tamaño de “Joyride” y la balada “Spending my Time”. 

Éxito mundial

El éxito le trajo a la banda una exposición permanente en MTV (fue la primera banda de habla no inglesa en grabar un Unplugged para la cadena), giras mundiales y premios de toda clase, cimentados por otros discos también exitosos como Tourism (1992) y Crash! Boom! Bang! Con más de 75 millones de discos vendidos, varios de sus temas lideraron los rankings de las radios. Más allá de las obvias asociaciones con predecesores como ABBA, el dúo se instaló por derecho propio en el reinado del pop de los ’90. El grupo visitó la Argentina por primera vez en 1995, con un show multitudinario en Ferro; en 2011 retornaron para presentarse en el Luna Park y el Orfeo de Córdoba.