Gran Hermano volvió a movilizar a todo un país que estuvo muy expectante a la salida de Tomás Holder. La casa más famosa del país dejó ir a su primer integrante pero muchas de las miradas se las continúa llevando María Laura Álvarez, la participante catamarqueña que está causando furor.

En su lucha por hacer valer el género y anteponerse frente a los varones que salen a criticarla por su orientación sexual, María Laura no se intimida y se hace respetar con mucha altura. Estar tantos días encerrada en el mismo lugar y con las mismas personas, empieza a mostrar determinadas debilidades.

La historia de la catamarqueña es mucho más fuerte que la del resto. Ya de por sí ella es una de las pocas participantes que dejó a su hija afuera, que a sus nueve años la espera con los brazos abiertos. Gracias a la ayuda de su novia, hoy puede luchar por un premio que irá destinado a su familia.

Isabella actualmente tiene una grata calidad de vida y todo se debe al enorme esfuerzo que realizó María Laura. En una charla íntima que tuvo con sus compañeros, quedó reflejado el duro momento que transitó por un problema de salud.

“De un día para otro pasé la llave en la puerta de mi casa y me fui de Catamarca. Fue todo muy rápido, nos tuvimos que ir a Paraná por mi hija. La derivaron a un reumatólogo y en los resultados de un estudio le salió que tiene artritis idiopática juvenil”, reveló la catamarqueña, dejando atónitos a los presentes.

“Es una enfermedad autoinmune, produce más enzimas hepáticas. Si yo le hubiese dado el medicamento que me decían que tenía que tomar, le reventaba el hígado. En Catamarca le empezó a agarrar muchos dolores y no sabían que tenía, la llevamos de urgencia a Paraná”, sumó la peluquera canina en su impactante confesión.

Una de las cuestiones que más lamenta María Laura, es el hecho de cómo cambió su vida a partir del diagnóstico de su hija: “Le dije que médico que hacía un año tenía mi casa y me dijo ‘mirá mamá, volvete a tu casa, acomoda todo y venite para acá porque esto va para rato’. Dejé todo, mi casa nunca pude disfrutarla, quedó mi moto, la cama y me quedé sin nada”.

De todos modos, en ningún momento se mostró arrepentida de lo que hizo e Isabella le envía fuerzas para seguir adelante. Entre las metas que se propuso con su ingreso a Gran Hermano, es poder ganar el reality para acomodar su vida y volverse a Catamarca.