Si hay alguien que trata de mantener su vida con el más bajo perfil es Arturo Puig. El actor, de extensa trayectoria, estuvo siempre alejado de los escándalos, aún en la época de mayor esplendor de su carrera, así también como de ser foco de atención.

Pero recientemente, el actor decidió hablar un poco de su intimidad en diálogo con la revista Hola!. En una entrevista bastante reveladora se refirió a su rol de abuelo junto a Selva Alemán y cómo le cambiaron la vida sus tres nietos, Nikolay, Elizaveta y Santos.

Los dos nietos mayores de Arturo Puig fueron adoptados en Rusia por su hija Ximena y su marido, Fernando. Aquel hecho significó el resultado de un largo camino recorrido y una lucha incesante por el deseo de ser padres de la pareja. El tercero de los niños es de su hijo Juan.

“Yo he tenido muchas satisfacciones en mi carrera, he tenido premios, rating altísimo, he hecho obras importantes en teatro, pero nada de eso se compara con el hecho de ser abuelo. Es una sensación maravillosa, que voy descubriendo día a día”, contó el actor.

Además, se refirió a cómo se siente cuando pasa mucho tiempo sin ver a los niños: “Los extraño permanentemente. A veces estoy en casa y de repente agarro el teléfono para ponerme a mirar las fotos de los chicos que ya vi cuatrocientas veces... Es un momento de mi vida muy maravilloso y vivirlo me genera una sensación que no había experimentado nunca, aun habiendo tenido miles de satisfacciones con mis hijos”.

“Hay como un nuevo sentimiento, una nueva plenitud. Uno descubre una nueva dimensión del amor y es lógico que eso te modifique. Lo único que a veces lamento cuando me pongo a pensar es que no voy a estar para verlos crecer y convertirse en personas adultas. Eso me entristece un poco. Me encantaría ver cómo se van desarrollando y cumpliendo sus sueños. Aunque algo de eso ya lo vivo con Niko y Liza, que crecieron mucho, y en su medida también con Santos, que está empezando a pararse”, agregó.

Arturo Puig también se refirió a la diferencia entre ser padre y abuelo: “Soy mucho más permisivo. Cuando uno es padre tiene que poner límites y tomar decisiones. Ahora, en cambio, estoy para consentir a mis nietos”.