Romina Manguel contó el calvario que vivió durante los últimos días de vida de Gerardo Rozín

La periodista habló por primera vez de la pérdida de su amigo y emocionó a todos con sus palabras.
domingo, 5 de junio de 2022 11:00
domingo, 5 de junio de 2022 11:00

La muerte de Gerardo Rozín se convirtió en uno de los peores dolores de la televisión argentina. El vacio que el famoso dejó es enorme y hasta el momento nadie pudo reemplazarlo. El reconocido conductor atravesaba silenciosamente una dura enfermedad que le quitó la vida. 

Sus amigos siempre lo recuerdan con las mejores anécdotas. Sin embargo, fue Romina Manguel quien rompió eso y contó lo mal que la pasó durante los últimos días de vida de Gerardo: "Gerardo siempre supo que se iba a morir, desde el primer día del diagnóstico. Y él trataba de convencer a sus amigos más íntimos y querido. A mí me decía ‘me voy a morir, eh". 

"En los últimos tiempos, él me llamaba todas las noches a las 12 de la noche. Y era una carga fuerte porque, primero nos reíamos mucho, y después terminábamos hablando de la muerte, de las cosas que él quería cuando se muera y me pedía que yo lo anote", agregó emocionada. 

No todo quedó ahí porque la periodista reveló que fue una gran lucha para ella tener que aguantar el dolor de saber que tarde o temprano perdería a su amigo: "Como sabía que era una colgada, me decía ‘sé que no estás anotando, poné la cámara’. Y yo le contestaba ‘Gerardo, estoy en bombacha’”. 

"Yo terminaba llorando a veces hasta las 5 de la mañana y me acuerdo que hablé con mi analista de esto y con mis amigos, y decidí hablar con Gerardo para decirle que no podía soportar esto porque me dejaba rota todas las noches y yo no puedo no dormir porque, además, tengo dos hijas", confesó. 

Emcionada por su propio relato y el recuerdo de Gerardo Rozín, Romina continuó: "Entonces, lo llamé, me costó esa charla, y cuando me senté con Gerardo le dije que me estaban haciendo muy mal estas llamadas a la noche. Y él me responde ‘ah, bueno. Yo me voy a morir pero la señora no duerme". 

Y finalizó: "¿Sabés qué? No me importa que no duermas, tomate algo después. Yo me voy a morir y cuando me muera, vas a dormir. ¿Me entendiste? No se charla más del tema’. Cuando volví a hablar con mi analista, le dije que me fue bárbaro en la charla porque, ¿para qué le voy a contar?". 

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