Marcela Kloosterboer es una de las grandes actrices que dio la ficción nacional y que jamás estuvo involucrada en un escándalo. Su bajo perfil en la vida privada que mantiene, hace años decidió que sea así y más desde que se convirtió en mamá.

Juana y Otto, de 7 y 4 años respectivamente, son el gran motor de su día a día y ambos son fruto del amor que tiene con Fernando Sieling. Pero claro, a medida que va pasando la vida, sus niños se vuelven más grandes y con eso aparecen nuevas situaciones.

Es algo muy recurrente en los famosos que expongan diferentes momentos que van atravesando con sus hijos y sobre todo en su etapa de desarrollo. Al ser Marcela una persona famosa, reveló cómo es el día a día con sus redes sociales, los cuidados que tiene y el problema que enfrenta con Juana, la mayor.

“Creo que es por ser auténtica, coherente con lo que digo y lo que hago. Y no haber tenido ningún escándalo en mi carrera. Mucho menos ahora que tengo hijos”, comenzó respondiendo Kloosterboer respecto a por qué no tiene heaters.

Más allá de esto, la realidad es que su hija prácticamente no la deja mostrarse en su perfil de Instagram, a donde habitualmente suele compartir contenido. A raíz de esto, es que ella decidió abrirse una cuenta en paralelo, privada y a donde sólo están sus personas más allegadas.

“Por eso tengo otro Instagram, sólo para amigos y familia. Ahí subo fotos de ellos. Juana no me deja subir muchas fotos de ella. ‘¿Qué subiste, mamá?’. Imaginate cómo me tengo que cuidar. Me encanta igual que ella me ponga ese límite, que no sea cholula”, destacó la actriz.

A medida que sus niños van entrando en nuevas etapas de su vida, toman una mayor conciencia y real dimensión de las cosas. En este caso, Juana comenzó a notar aún más la popularidad de su mamá, lo que eso implica y por eso es que decide mantener un perfil reservado.

“Otto ni idea tiene. Juana se está dando cuenta ahora. Una vez me preguntó: ‘Ma, la mamá de fulanita trabaja con una computadora. ¿Vos qué hacés?’. Este verano vinieron conmigo al teatro en Córdoba y ahí entendieron un poco más, el escenario, el público, el contacto con la gente, las fotos que me pedían a la salida”, concluyó Kloosterboer.