Huguito Flores partió de forma inesperada de este mundo y de una manera trágica. Nadie imaginaba este final para un cantante tan querido que a sus 57 años perdió de la vida junto a su esposa y su cuñado, quedando con vida su hija de 3 años.

Catalina iba junto a sus padres en el momento de la colisión y se salvó de milagro. Tras el fuerte impacto que se dio en la Ruta Nacional 34 de Santiago del Estero, la pequeña fue trasladada a un hospital de la Banda y sus familiares rezan para que pueda salir adelante.

Su estado es crítico y nadie asegura que pueda salir ilesa. De todas formas, la niña se encuentra dando batalla en medio de esta tragedia y que salió a hablar fue su Sol, hija mayor de Huguito y que se expresó entre lágrimas luego de estas irreparables pérdidas.

“Antes que nada quiero pedir, sean de la religión que sean, que (hagan) una cadena de oración para mi hermana que la está peleando, que está evolucionando bien, pero que todavía le falta mucho, y está solita junto con mi hermana en Santiago. Están solitas las dos”, contó sobre la niña.

Con un profundo dolor que la corrompía por completo, Sol habló de gran momento que se encontraba atravesando Huguito. Viviendo una etapa gloriosa de su carrera, es por eso que su hija destacó que lo veían poco cuando iba para Buenos Aires, debido a que ella vive allí. 

Sabiendo que la vida de un artista es muy movida, sobre todo la de un cantante que se traslada de provincia en provincia para brindar sus shows, la mayor de sus hijas confesó el pedido que le hacían ya que su salud se veía afectada por tanto trabajo.

“Vivía a full. Era algo de lo que todos teníamos miedo. Le decíamos que se cuide, aunque él no manejaba, cada vez que venía a Buenos Aires sí porque venía con la mujer y con mis hermanas”, contó la joven, visiblemente angustiada por la muerte de su papá.

Y agregó: “Tuvo dos o tres episodios en los que se descompensaba en los boliches y después salían a matarlo porque suspendía, pero es que no le daba el cuerpo porque era grande y nosotras le decíamos que afloje. Veinticinco bailes, una persona de 57 años en dos días; y a veces la gente se enojaba porque no tenía tiempo para sacarse fotos con ellos”.