José María Muscari es un hombre que en 2024 pudo cumplir uno de los grandes sueños de su vida; ser papá. Gracias a la adopción de Lucio, su hijo adolescente de 15 años, concretó uno de los anhelos que tuvo durante toda su vida.

Su historia conmovió por completo al mundo del espectáculo, y hoy son felices juntos. Pero todo el proceso, que tuvo su comienzo, no fue nada sencillo de abordar y hoy lo puede contar con un enorme orgullo por todo lo que le tocó transitarlo.

Desde que Lucio, hoy Lucio Muscari, recibió la autorización de una jueza para grabarse, contar su historia y así tener una mayor visibilidad para encontar a una familia, atravesaron por mucho y eso es lo que tanto lo conmueve a José María.

“Todo fue generando como un colchón emocional. Cuando apareció la posibilidad de la adopción de mi hijo yo estaba abierto, con las herramientas para una adopción, una paternidad, para acompañar la existencia de una vida como la del hijo que tengo. Siempre lo digo, siento que tengo un hijo mágico, que me tocó una adopción hermosa, super fluida”, comenzó diciendo.

Pero claro, en el medio tuvieron que ir adaptándose a diferentes situaciones, y mismo Muscari, ir conociendo a quien hoy es su hijo. En una hermosa relación de padre e hijo, se llevan de maravillas y de hecho ya viajaron juntos. Eso, sí, también hay enojos típicos de una persona adolescente.

“Con nosotros fue algo muy fluido. Cuando yo fui a conocerlo algo empezó a fluir y nunca se detuvo hasta el día de hoy. Nuestro vínculo continuó. Después pasaron anécdotas. El primer día tuve que devolverlo al hogar, seguir con el sistema de visitas, hasta que me dieron la guardia. Fueron tres meses hasta la adopción definitiva. Había mucha empatía por parte de los dos”, expuso Muscari.

Y al finalizar, agregó: “Cuando lo adopté hubo algo que cambió. No era el momento para crear espectáculos. Estuve los primeros ocho meses sin hacer nada nuevo. Nos fuimos de vacaciones a que conozca el mar… con el tiempo todo se fue organizando. La nueva escuela, el grupo de fútbol, de vóley. Después de ocho meses sí era el momento para reconectar con la creación”.