Barby Franco viene de estar en el foco de todas las miradas tras salir a la luz que se encuentra separada de Fernando Burlando. Entre todas las versiones que trascendieron, la mediática decidió salir a negarlo y de hecho se mostró junto al abogado.

Sus palabras a la hora de intentar justificar lo que pasó, no fueron del todo creídas por el público. Y en medio de esa polémica, tomaron la drástica decisión de irse de vacaciones a Miami, donde Burlando recibió muchísimas críticas.

Resulta que Fernando es quien se estaba haciendo cargo del caso de Loan, el niño de Corrientes que desapareció y de quien aún no hay novedades. Verlo disfrutar en la calles de Miami o por Disney, no cayeron para nada bien.

Ya para la vuelta, la pareja vivió una verdadera pesadilla y que fue detallada por Barby. Resulta que ambos, junto a su hija Sarah, se quedaron varados en el aeropuerto y no pudieron retornar hasta Argentina cuando lo tenían previsto.

“Teníamos vuelo el viernes a la noche, a las 11:20 de la noche. Llegamos al aeropuerto, nos dijeron que había demora de 2 a 3 horas porque había una fuga de aire en la aeronave”, empezó diciendo Franco con enojo.

Ante la bronca que le dio esa situación, Barby continuó disparando: “Lo reparan, embarcamos, despega. Todo bien. A los 15 minutos, pongo el mapita y veo que no sigue la ruta. En esos segundos pensé, ‘secuestraron el avión’. No sé, me requetecontra asusté. A los tres minutos dicen que la reparación no estaba bien, que se había roto en pleno vuelo”.

“Imagínense que el capitán empieza a hablar diciendo que había una fuga de aire en pleno vuelo. Empieza a decir que el avión estaba muy pesado y que tenía que quemar combustible. Así que en 45 minutos tenía que tirar y quemar combustible porque no podíamos aterrizar. Fueron los peores minutos de mi vida. Entregada. Por suerte aterrizamos bien. La gente lloraba, gritaba, un desastre”, agregó muy angustiada.

Fue tanto el momento de susto que vivió, que de hecho dentro del avión atravesaron lo peor y nadie de la empresa se disculpó: “Embarcamos, nos pusimos cómodos, despega lo más bien. A los 15 minutos nos vuelven a decir que la fuga de aire no se había reparado. Otra vez volvió a hacer toda la maniobra por el combustible, en una altitud no tan alta como la noche anterior. Todo en busca de oxígeno. “La empresa es American Airlines. Nadie sabía decirte nada”.