Luego de muchos años, Julián Weich se animó a contar la aventura hippie que tuvo con su hijo en Colombia. A esta inédita historia la contó durante su visita al programa la Noche Perfecta.

"Nico vive en Córdoba ahora, ya terminó de 'yirar' y se dedica a la bioconstrucción, hace casas de barro. Estuve viviendo con él en Panamá. Fueron diez días en la calle", comenzó explicando.

Y agregó: "Nico hacía malabares y yo pasaba la gorra. Me divertí, hicimos unos mangos. Lo que sí me acuerdo es que los últimos días habíamos parado en un hostel y una rata nos comió la mochila".

"A mí eso no me gustó y fui a quejarme como si me hubieran robado un reloj de oro. Cuando vos vivís en la calle y pedís plata, hago la aclaración de la gente que elige vivir así, no la que no le queda otra, cada dólar vale mucho", sumó Julián.

"Entonces, le dije: 'No me vas a cobrar la noche porque la rata me rompió la mochila'. Me dijo que no me la iba a a cobrar. Fue un logro porque para mí ya era un tema moral. Yo hago malabares con tres naranjas y Nico hace con fuego, con machetes", remarcó.

"Todo lo que pueda lastimarlo, lo agarra y lo tira para arriba (risas). Hemos dormido en la calle, en una carpita minúscula. Una vez, también dormimos en una playa desierta. El lugar era lindo pero era como estar en Punta Mogotes en invierno", sostuvo.

"No había nada y no teníamos para comer. Te lo juro por mi vida, que vino flotando por el mar un coco y una cerveza. Él se tomó la cerveza y compartimos el coco. Yo no tomo alcohol. Con eso fuimos muy felices", sentenció Weich.

"Ahí te das cuenta de que sos feliz y que no necesitás tanta parafernalia. Repito que esto es así cuando uno lo elige (no cuando es por necesidad). Ahí te das cuenta de que la podés pasar bien con mucho menos, ahí no necesitábamos nada", cerró.