En la última emisión de su programa, Juana Viale sorprendió al revelar una historia desconocida sobre su abuela, Mirtha Legrand. Si bien muchos creían que Daniel Tinayre había sido el único gran amor de la diva, la realidad es que antes de conocerlo, Mirtha ya tenía planes de boda con otro hombre. Se trataba de Julio Albar Díaz, un médico mendocino con quien estuvo comprometida.

El romance entre Mirtha Legrand y Julio Albar Díaz comenzó en 1945, en un encuentro social en el Jockey Club de Córdoba. Ella, una joven actriz en ascenso; él, un hombre de familia tradicional. A pesar del cariño que los unía, su relación estaba marcada por las diferencias. Julio no veía con buenos ojos la carrera artística de su prometida y, en reiteradas ocasiones, le pidió que abandonara la actuación.

Tan seria era la relación, que Mirtha Legrand, con apenas 17 años, llegó a declarar en una entrevista que estaba dispuesta a dejar todo por amor. “Una vez casada, me dedicaré a las tareas del hogar”, decía convencida. El casamiento estaba en marcha y la actriz parecía haber encontrado su camino. Sin embargo, todo cambió con una inesperada aparición.

Mientras Julio cumplía con el servicio militar, Mirtha Legrand viajó a Buenos Aires para participar del rodaje de “Cinco besos”. Fue en ese momento cuando conoció al director y productor Daniel Tinayre. Según contó Juana Viale en el programa, el flechazo fue inmediato. “Apareció un francés, una bomba”, dijo entre risas, al recordar cómo su abuela quedó cautivada.

La conexión con Daniel Tinayre fue tan intensa, que Mirtha Legrand tomó una decisión drástica: llamó por teléfono a Julio y canceló el compromiso. “Disculpe, no me voy a casar con usted”, le dijo, con la formalidad de la época. Así, sin rodeos, terminó un noviazgo que parecía encaminado al altar.

Gabriel Oliveri, invitado al programa, sumó que Mirtha Legrand quedó impresionada al ver a Daniel Tinayre filmando una escena de cine. Bronceado, elegante y encantador, fue imposible resistirse. “¿Quién es ese que está ahí?”, preguntó ella al verlo por primera vez en el set.

Meses después de esa ruptura telefónica, Mirtha Legrand y Daniel se casaron en mayo de 1946. El resto es historia: una pareja icónica del espectáculo argentino, y una vida que combinó amor, arte y televisión durante décadas.

Lo curioso es que, a pesar del paso del tiempo, la anécdota nunca había sido contada públicamente. Fue recién ahora, de la mano de su nieta, que este capítulo oculto de la vida sentimental de la diva salió a la luz, demostrando que incluso las grandes figuras tienen historias de amor que no llegaron a destino.