En una noche cargada de tensiones y declaraciones explosivas, La Noche de Mirtha volvió a convertirse en el escenario de confesiones crudas y reflexiones sin filtro. Uno de los protagonistas indiscutidos del sábado fue Pablo Echarri, quien no solo opinó sobre la política nacional, sino que también se animó a hablar de un tema muy personal: el duro momento que atravesó al quedarse sin trabajo.

Mirtha Legrand, siempre punzante, no dudó en preguntarle directamente: “Decime Pablito, y vos no extrañabas no trabajar, como actor me refiero?”. Echarri no esquivó el bulto y respondió: “Nunca dejé de serlo. Nosotros los actores, cuando no estamos en la tele abierta, no trabajamos. La producción de ficción en la TV abierta se derrumbó”.

El actor, recordado por su rol en Montecristo, explicó que el problema va más allá de su carrera personal: “Cambió el paradigma de producción y exhibición de contenidos. Las plataformas modificaron todo, y a los canales de aire se les hizo muy costoso producir”, sostuvo, marcando el cambio que afectó a toda la industria.

Sin embargo, Echarri también reconoció otro factor: su edad. “Yo tengo 55 años, era galán, y lógicamente esa curva empezaba en franco descenso”, comentó, sabiendo que los papeles protagónicos no llegan con la misma frecuencia que antes.

Pero el punto más álgido llegó cuando él mismo tocó el tema político, ya que leyó entre líneas lo que la abuela de Juana Viale escondía en su consulta. “Sé a dónde va Mirta con su pregunta. Ella me pregunta si mi carrera mermó en la oferta de trabajo por mi cristalización política”, dijo, mirando de frente a la conductora.

Y lejos de evadir, fue contundente: “En los últimos 15 años me expresé políticamente porque sentí que debía hacerlo. Eso genera controversia, sobre todo si quien te contrata tiene una mirada más conservadora”. “Yo no lloro la carta, pero soy consciente”, cerró con firmeza.

En plena promoción de Camaleón, su nuevo trabajo junto a la China Suárez en Disney+, Echarri demuestra que sigue vigente, aunque con una visión crítica de la industria y un compromiso ideológico que no está dispuesto a negociar.