El torbellino mediático desatado por los rumores de infidelidad de Lourdes Sánchez al Chato Prada tomó un giro dramático. Fernanda Iglesias, la periodista que instaló la bomba, reveló un llamado telefónico desconsolador por parte de la bailarina, quien, entre lágrimas, le hizo un angustiante pedido en nombre de su hijo.

La panelista de "Puro Show" (El Trece) sorprendió al contar detalles de la comunicación que mantuvo con la protagonista del escándalo. "Ayer me llamó Lourdes, me llamó llorando", soltó Iglesias al aire, dejando entrever la angustia que estaría viviendo la pareja.

Según la periodista, el contacto se produjo mientras ella estaba al aire con Viviana Canosa. "Mientras yo estaba saliendo al aire con Viviana Canosa, me estaba escribiendo ella, me dijo ´estoy muy angustiada´. Para mí fue muy difícil porque yo ya estaba al aire, pero bueno, la llamé cuando terminó", agregó, describiendo la desesperación de la bailarina por detener la ola de rumores.

Iglesias detalló el tono de la conversación, revelando el desgarrador pedido que le realizó la esposa del productor. "Ella estaba llorando y abatida al momento de la conversación. Me dijo: ‘te pido por favor, basta, te lo pido de madre a madre. Mi hijo no está bien, ya hace tiempo y esto lo va a afectar mucho’", confesó la panelista, conmovida por la situación.

Ante este angustiante ruego, la periodista tomó una decisión que impacta directamente en la continuidad del tema en los medios. "Lo hablé con la producción, lo hablamos con las autoridades del canal, porque es un tema que nos rindió mucho y era difícil la decisión, pero para mí el tema ya está, por eso no sé si me voy a juntar con ella", anunció Iglesias, dejando entrever un posible encuentro con la bailarina.

A pesar de la fuerte repercusión que generó la noticia, la panelista se mostró firme en su postura. "No vamos a seguir con el tema. Sostengo la información de ayer y le mando un beso a Lourdes, le agradezco su llamado, porque muchas otras personas quizás salen a putearle por todos lados y no hablan", cerró Iglesias, dando por terminado, al menos por su parte, el escandaloso tema.

De esta manera, el llanto y el desesperado pedido de la bailarina habrían logrado un inesperado freno en la vorágine mediática. La preocupación por el bienestar de su hijo se convirtió en un argumento contundente para que la periodista reconsiderara la exposición del tema, priorizando el impacto que podría tener en el menor.