"Toques de Dulzura", una panadería "como en casa" en el barrio La Tablada

Conocé la historia de Karina y Paola Colacchio, las hermanas emprendedoras que en plena crisis económica del país, se la jugaron y abrieron un negocio familiar.
lunes, 23 de julio de 2018 21:33
lunes, 23 de julio de 2018 21:33

Por Marcelo Carabajal

Las hermanas Karina (40) y Paola Colacchio (41) dejaron sus trabajos y decidieron materializar un proyecto que tenían en mente y venían posponiendo. Así, en la última semana de mayo de este año, abrieron “Toques de Dulzura”: una panadería y pastelería que busca volver a las recetas tradicionales y dejando de lado “lo artificial”. Además, en el local –está ubicado en la calle Maipú al 1268– amasan y cocinan ante la vista de los clientes y vecinos del barrio La Tablada (Capital).

Paredes pintadas de azul y celeste con papel de diario sobre ellas, alguna foto familiar, latas de cervezas viejas, sillones que fueron restaurados, la radio encendida y unas cortinas color salmón le dan un ambiente ameno al negocio, tal como ellas querían para que “cuando entre la gente, se sienta como en casa, sienta el olor a comida. Y lo logramos porque mucha gente viene y nos dice eso” cuenta Paola y Karina agrega: “Les gusta estar observando lo que estamos trabajando”.



“Toques de Dulzura” comenzó a gestar hace cinco años atrás, cuando Paola aparte de cocinar puertas adentro para luego vender en las ferias, atendía un comercio de prendas de vestir: “Teníamos una tienda ropa, yo cerraba, vivía a la vuelta y ahí seguía trabajando, haciendo pastelería. Llegó un momento en que mi marido me dice: ‘Pao, fijate que te conviene’. Cerramos la tienda de ropa y yo seguí trabajando acá (en la pastelería) a puertas cerradas. Íbamos todos los fines de semana –durante cuatro años– a la feria de Choya. Vendíamos muchísimo, gracias a Dios. Trabajamos bien”.

En las ferias, también tuvieron que soportar la lluvia, el frío y el viento. No tenían vehículos grandes para trasladar las tortas y el resto de los productos, por lo que debieron pedir prestado. Y casi que no veían un peso porque todo lo que recaudaban, estaba destinado a la compra de maquinaría e insumos para darle continuidad a la producción. A través de esos fondos, consiguieron comprar cocinas, heladeras, batidoras, moldes y levantar el negocio.  

Los mismos clientes que fueron cosechando, les pidieron que abran la tienda al público, algo que ellas también perseguían. “Este año decidimos abrir, ha sido un desafío y la verdad es que nos llenó de satisfacciones, nunca esperamos que se trabaje tan bien”.
  
En cuanto a las preparaciones que van desde los panes, bizcochos y demás salados, hasta la preparación de todas las masas dulces, “la idea de nosotras es volver a la pastelería artesanal. Todo ahora es artificial, las cremas, las esencias”, indica Paola. Ambas, y al unísono, remarcan que se nota “muchísimo” la diferencia entre los productos elaborados con materiales artificiales y los que fueron hechos bajos las instrucciones de la vieja pastelería. “Una señora que vino a encargar una torta que le habían recomendado, se fue y volvió de nuevo y dice: ‘Se notaba ese gusto a casero’”, cuenta Karina.



En otro momento del diálogo con El Esquiú.com, Karina reconoce que “abrimos en un momento feísimo –por la crisis económica que atraviesa el país–, por eso nos sorprende como estamos vendiendo, por el momento que se está viviendo”.

Las hermanas Colacchio atraviesan un buen momento en el presente, y también se atreven a  soñar: “Nuestra idea es poner una casa de té. Obviamente es una gran inversión. El otro año puede ser posible”, asegura Paola.



Fotos: Gustavo Roldán.

34%
Satisfacción
61%
Esperanza
1%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
2%
Indiferencia

Comentarios

24/7/2018 | 00:34
#149006
Las mejores de las suertes!! Ojalá se les de todo lo que se propongan. Gente trabajadora. Y sobre todo buenos vecinos...
23/7/2018 | 22:23
#149005
QUE DIOS LAS AYUDE MUCHO LO MERECEN,YA COMENZARE A COMPRARLES Y DIFUNDIR PARA QUE OTRAS PERSONAS LO HAGAN .SUERTE!!!!!!!

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