HUMANOS
Ciro Alegría
Ciro Alegría Bazán, nació el 4 de noviembre de 1909 fue un escritor, político y periodista peruano. Es uno de los máximos representantes de la narrativa indigenista, marcada por la creciente conciencia sobre el problema de la opresión indígena y por el afán de dar a conocer esta situación.
Ciro Alegría nació en la hacienda Quilca, cerca de Huamachuco, en el año de 1908, aunque fue inscrito recién en 1909, por lo que el escritor usó este año en la fecha oficial de su nacimiento. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo, donde tuvo como profesor al entonces joven poeta César Vallejo. En 1927 fundó la Tribuna Sanjuanista, periódico escolar que dirigió; integró el Grupo Norte, ya en su fase final; y en 1930 tuvo activa participación en la formación de la célula aprista de Trujillo, junto con Antenor Orrego.
Por su actividad proselitista, fue perseguido y torturado y, luego de la debelada revolución aprista de 1932, fue encarcelado, pero liberado al año siguiente, en 1933, por una ley de amnistía. En esta época empezó a publicar algunos relatos, pero en 1934 fue deportado a Chile. En 1935, su novela La serpiente de oro ganó el concurso de la editorial Nascimento de Chile, y en 1939 obtuvo, con su novela Los perros hambrientos, el segundo premio de novela de la editorial Zigzag, también de Chile. Dos años después, en 1941, con su gran novela indigenista, El mundo es ancho y ajeno, ganó el primer premio convocado a nivel continental por la editorial estadounidense Farrar & Rinehart.
Después de recibir este premio se estableció en Estados Unidos, primero, y luego en Cuba y Puerto Rico. Se dedicó al periodismo, la traducción y la enseñanza universitaria, así como a la literatura, aunque no publicó nada por estos años. En 1960 retornó al Perú, donde a sus actividades usuales sumó la carrera política: se afilió al partido Acción Popular en 1963 y llegó a ser elegido diputado ante el Congreso de la República. En 1963 publicó su última obra: Duelo de caballeros (libro de cuentos). Falleció en 1967, en la localidad de Chosica. Dejó varias novelas inconclusas así como varios relatos inéditos, que fueron publicados por su viuda, Dora Varona, quien se convirtió en una gran estudiosa de su vida y obra literaria.
Ciro Alegría es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la corriente indigenista en el Perú. Aunque hay que deslindar que Ciro pertenece al indigenismo primigenio, de los años 1930, mientras que Arguedas representa el llamado neo-indigenismo. Coincidentemente, en el año 1941, cuando Alegría publicaba su última gran novela, Arguedas daba a la luz su primera novela, Yawar Fiesta. Ambos autores sintieron una estimación recíproca y se defendieron de inútiles competencias que algunos quisieron establecer entre ellos. Alegría narra la vida de los indígenas del norte del Perú, diferentes a los indios del sur que reflejan las novelas de Arguedas. El indio del norte es más aculturado y mestizado, y desconoce por lo general el quechua, pero, obviamente, no por ello es menos representativo del Perú.
El trabajo literario de Ciro Alegría trascendió muy tempranamente las fronteras, puesto que escribió febrilmente desde el exilio en varios países. En Chile escribió y publicó sus dos primeras novelas, La serpiente de oro y Los perros hambrientos, así como su obra cumbre, que ganó el Concurso Latinoamericano de Novela convocado por la Editorial Farrar and Rinehart de Nueva York: El mundo es ancho y ajeno, novela de la cual Mario Vargas Llosa ha afirmado que constituye "el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su autor nuestro primer novelista clásico".6 Dicha novela fue traducida a 14 idiomas.
El mundo es ancho y ajeno refleja las bases de un Perú moderno, mestizo, y rico en regiones, culturas y costumbres diversas. Sus personajes abandonan su comunidad andina (Rumi) obligados por el injusto expolio que de sus tierras realiza un cruel hacendado (Don Álvaro Amenábar) y se desplazan por todo el Perú, intentando ganarse la vida. La historia cuenta con dos personajes centrales o héroes: Rosendo Maqui, que representa al indio sabio, mayor y tradicional, y Benito Castro, el cholo joven que vuelve a su comunidad cuando muere Rosendo con el fin de defender el derecho de sus gentes a vivir en sus tierras.
En general, todas las novelas de Alegría defienden la integración de todos los peruanos en la sociedad, y denuncian las miserias y la injusticia social sufrida por los más humildes, especialmente, por los indios. Sus obras poseen un tono épico, en donde destacan especialmente la naturaleza y las tradiciones culturales peruanas, conjuntamente con la lucha de sus gentes por su subsistencia. En ellas la narración se desarrolla hilvanando hábilmente las historias de varios personajes de la misma comunidad en torno a un núcleo central.
Luego de sus tres grandiosas novelas indigenistas, en sus 27 años de vida restante Alegría solo publicó un libro de cuentos, que la crítica ha considerado muy inferior en comparación con su obra precedente: Duelo de caballeros. Estuvo también trabajando en cuatro proyectos de novelas: Siempre hay caminos, Lázaro, El dilema de Krause y El hombre que era amigo de la noche. De ellas solo concluyó la primera, publicada póstumamente, la cual es una novela corta considerada por la crítica como una joya literaria. Las tres restantes quedaron inconclusas y sus fragmentos han sido también publicados de manera póstuma. De todas ellas, se debe destacar Lázaro, un ambicioso proyecto que el autor abandonó en 1954, pero que bien pudo convertirse en una gran novela de temática proletaria, teniendo como protagonistas a los trabajadores de las grandes haciendas azucareras de la costa norte del Perú. Habría sido una especie de continuación de El mundo es ancho y ajeno. Se ha dicho que la razón del abandono de sus proyectos novelísticos fue la falta de un estímulo editorial, sumada a su recargada labor periodística y docente, así como su precaria salud, todo lo cual influyó negativamente en su voluntad creadora.
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