Después de cursar derecho en París, estudió en la Escuela superior de bellas artes, donde fue discípulo de Lamothe (1855). Posteriormente, el ejemplo del pintor Jean Auguste Dominique Ingres, también francés, le incitó a ir a Italia (1856-1857), donde copió a los maestros del Renacimiento.

En esta época, su estilo, aunque se mantenía en la línea de lo tradicional, y con influencia de Ingres y de Puvis de Chavannes, no dejaba de manifestar una acusada personalidad artística que se afirmó en Familia Belleli (1860) y Semíramis construyendo una ciudad (1860-1865), ambas en el Louvre.

Con ocasión de su servicio militar (1870), y por mediación de Henri Rouart, capitán de su batería, conoció a Manet, Morisot, Mallarme y Valéry. En 1872 embarcó hacia Estados Unidos, donde pintó Factoría de algodón en Nueva Orleáns, ciudad natal de su madre. Con Cézanne, Pissarro, Sisley y Monet participó en la primera exposición impresionista en 1874. A la segunda de estas muestras envió veinticuatro lienzos, que fueron tan mal acogidos por la crítica y el público como los de sus camaradas (1877-1879). No obstante, el éxito y la resonancia de Degas y los impresionistas no se había de producir hasta 1900.

En realidad, Degas sólo tiene en común con estos artistas del impresionismo el deseo de sustraer a la pintura de los convencionalismos en que se hallaba, ya que él siempre concedió mayor importancia al dibujo que al color. “El dibujo no es la forma –decía-, aunque sí la manera de ver la forma”. A partir de 1880, produjo gran cantidad de retratos y de escenas de género: La planchadora (Louvre), Enfado de 1872, La violación de 1875, Ajenjo de 1877 (Louvre). Atraído por el ballet y la ópera, pintó cuadros de bailarinas: Mlle. Fiocre en el ballet de “La fuente” (1868), Ballet de “Roberto el Diablo” (1872), Clase de baile (1872), todos ellos en el Louvre.

También fueron para él constantes motivos de inspiración las carreras de caballos y el circo: “Miss” Lola en el circo Fernando. En los últimos años de su vida, utilizó el pastel, con el que supo también producir obras maestras, que hoy en día se encuentran en el gabinete de dibujos del Louvre y en la Galería Nacional de Londres. Casi todas esas obras maestras eran desnudos femeninos, tratados con una gran libertad de deformación expresiva y de composición. Asimismo modeló admirables esculturas de bailarinas (en la Galería Tate de Londres y en el Museo Metropolitano de Nueva York), cuando ya su misantropía y sus debilitados ojos se resistían al color.

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