El papa Francisco convocó ayer a “hacerse cargo de las necesidades del prójimo” sin “clamor” ni “ostentación”, al considerar que “las obras de misericordia se hacen en silencio”.

   “La disponibilidad a Dios se encuentra en la disponibilidad de hacerse cargo de las necesidades del prójimo. Todo esto sin clamor y sin ostentación, porque la caridad y las obras de misericordia no necesitan ser exhibidas como un trofeo”, enfatizó el Sumo Pontífice.

   En su reflexión habitual previa al rezo del Ángelus en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, precisó que “las obras de misericordia se hacen en silencio”, por lo que “en nuestras comunidades, estamos llamados a seguir el ejemplo de María, practicando el estilo de discreción y ocultación”.

   Además, alentó a que esta “fiesta ayude a hacer de nuestra vida un sí a Dios, un sí hecho de adoración a Él y de gestos cotidianos de amor y de servicio”.

   En la Plaza España de Roma, donde se encuentra el monumento a la Inmaculada Concepción, el Santo Padre recordó que “para llenarse es necesario hacer espacio, vaciarse, hacerse a un lado”.

   En ese marco, expresó que la Virgen María “no se pierde en tantos razonamientos, no pone obstáculos en el camino del Señor, sino que confía y deja espacio para la acción del Espíritu Santo”.

   Por último, el Papa destacó que de acuerdo con el designio de Dios sobre ella, “María se convierte en la toda bella, en la toda santa, pero sin la más mínima sombra de complacencia”, y agregó que la Virgen es “humilde”.
   “Ella es una obra maestra, pero permaneciendo humilde, pequeña, pobre. En ella se refleja la belleza de Dios que es todo amor, gracia. A todos les deseo una buena fiesta y un buen camino de Adviento hacia la Navidad, con la guía de la Virgen María”, concluyó.