Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, una mujer embarazada fue a una clínica en el distrito de Gangseo, Seúl, para recibir una inyección nutricional.

Supuestamente, la enfermera le inyectó anestesia sin verificar su identidad y el médico le realizó el aborto sin confirmar tampoco su identidad.

Por este caso, el médico y la enfermera, empezaron a ser investigados y tras haber reconocido su culpa es que fueron acusados de negligencia resultante en daños corporales. De acuerdo con lo informado por la policía, el caso pronto será enviado a la oficina del fiscal.

Corea del Sur legalizó el aborto en abril de este año y el tribunal constitucional del país dictaminó que los legisladores deben revisar las leyes existentes antes del 31 de diciembre de 2020. Sin embargo, según las leyes actuales, la práctica sigue siendo ilegal y es condenable hasta por un año en prisión.

Los únicos casos en los que se otorgan excepciones son cuando los padres tienen enfermedades hereditarias, el embarazo es consecuencia de una violación o incesto, o si existe riesgo para la vida de la madre.