Una viróloga china afirma que el coronavirus fue creado en un laboratorio

La viróloga china, Dr. Li-Meng Yan, afirma que el coronavirus se produjo en un laboratorio de Wuhan controlado por el gobierno.
martes, 15 de septiembre de 2020 15:02
martes, 15 de septiembre de 2020 15:02

El caso se conoció a nivel mundial en julio, cuando se animó a hablar desde Estados Unidos. Li-Meng Yan, médica china especialista en virología e inmunología, huyó de su país tras recibir amenazas por afirmar que "en diciembre ya se conocía la enorme capacidad de contagio del coronavirus".

La mujer, que escapó porque creía que si no lo hacía podía ser encarcelada o incluso "desaparecida", trabajaba en un laboratorio chino y aseguró que las autoridades sabían de la letalidad del brote, que ella misma les había hablado al respecto. Sin embargo afirmó que decidieron ignorarla y que desde entonces fue silenciada y presionada por el Partido Comunista que gobierna en China.

La viróloga, una de las primeras científicas en estudiar y alertar sobre el brote temprano de COVID-19 publicó un estudio en el que afirma que el coronavirus probablemente fue creado en un laboratorio.

Sus conclusiones fueron publicadas en Zenodo, una plataforma digital de acceso libre. El artículo de 26 páginas, realizado en coautoría de otros tres médicos, se titula: “Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una modificación de laboratorio sofisticada en lugar de la evolución natural y la delimitación de su ruta sintética probable”. El trabajo aún no ha sido revisado de forma independiente por pares.

En el estudio, Yan escribe que el SARS-CoV-2, el virus que causa la Covid-19, podría haber sido “creado convenientemente” dentro de un laboratorio durante un período de solo seis meses ya que "muestra características biológicas que son inconsistentes con un virus zoonótico natural”.

Los primeros informes sobre el origen del coronavirus, indicaron que el virus saltó de animal a humano dentro de un mercado húmedo en la ciudad china de Wuhan en algún momento a fines de 2019.

Aunque laa mayoría de la comunidad científica internacional avala la teoría de un origen natural del virus y descarta que fue producido por seres humanos en un laboratorio, según Yan “la teoría del origen natural, aunque ampliamente aceptada, carece de apoyo sustancial”.

La científica afirmó que la gran mayoría de sus colegas rechazan la teoría de un virus creado en laboratorio porque “está estrictamente censurada en revistas científicas revisadas por pares”. No obstante, asegura, “el SARS-CoV-2 muestra características biológicas que son incompatibles con un virus zoonótico de origen natural”.

Según Li-Meng Yan, la evidencia muestra que el SARS-CoV-2 es un producto de laboratorio creado utilizando los coronavirus de murciélago ZC45 y / o ZXC21 como base.

Sobre esta base, postula que el SARS-CoV-2 pudo lograrse de forma sintética en aproximadamente seis meses.

El estudio señala que como coronavirus, el SARS-CoV-2 difiere significativamente de otros virus respiratorios o zoonóticos porque ataca a múltiples órganos, es capaz de sufrir un largo período de infección asintomática, es altamente transmisible y significativamente letal en poblaciones de alto riesgo, está bien adaptado al ser humano desde el comienzo mismo de su aparición.

Yan afirma que una de las pruebas principales de que el virus fue fabricado es su alta eficiencia en la unión del receptor ACE2 de las células humanas, que le sirve como puerta de entrada, a través de una proteína viríca que encaja como una “llave en una cerradura”, según la definición de los científicos del Instituto de Estudios Avanzados Westlake, en Hangzhou, y la Universidad Tsinghua, de Beijing que por primera vez estudiaron este mecanismo del virus.

Yan agrega que las publicaciones científicas existentes que apoyan la teoría del origen natural se basan en gran medida en un coronavirus de murciélago previamente descubierto llamado RaTG13, que comparte una identidad de secuencia de nucleótidos del 96% con el SARS-CoV-218.

Sin embargo, Yan considera en el estudio que esa no es una evidencia suficiente porque “los genomas virales pueden ser diseñados y manipulados con precisión”.

Yan y su equipo citan tres líneas de evidencia que respaldan su teoría:

1) “La secuencia genómica del SARS-CoV-2 es sospechosamente similar a la de un coronavirus de murciélago descubierto por laboratorios militares en la Tercera Universidad Médica Militar (Chongqing, China) y el Instituto de Investigación de Medicina del Comando de Nanjing (Nanjing, China)".

2) “La unión al receptor (RBM) dentro de la proteína Spike de SARS-CoV-2, que determina la especificidad del huésped del virus, se asemeja al del SARS-CoV de la epidemia de 2003 de una manera sospechosa. La evidencia genómica sugiere que la RBM ha sido manipulada genéticamente”.

3) “El SARS-CoV-2 contiene una escisión de furina único en su proteína Spike, que se sabe que mejora enormemente la infectividad viral y el tropismo celular”, algo que según los autores del informe no es natural.

Las supuesta manipulaciones habría hecho que el virus del SARS-CoV-2 se convierta en un patógeno altamente transmisible, de aparición oculta, letal, con secuelas poco claras y masivamente disruptivo.

Como ulterior indicio, la viróloga también destaca que los laboratorios de investigación de Hong Kong como y la China continental lideraron en las últimas dos décadas las investigaciones sobre coronavirus, siendo los primeros en identificar a las civetas como hospedadores intermedios del SARS-CoV y aislar la primera cepa del virus, además de contar con la colección más grande del mundo de coronavirus.

Estos laboratorios, según Yan, contarían con la tecnología, los recursos y los conocimientos para realizar con relativa facilidad una manipulación de uno de estos virus.

Yan no es la única profesional que denuncia a las autoridades chinas desde que comenzó la crisis sanitaria. El científico Yuen Kwok-yung, también de la Universidad de Hong Kong, afirmó semanas atrás que el gobierno de China sabía que el nuevo coronavirus podía propagarse entre humanos y no dijo nada.

Jiang Yanyong, un médico militar del Ejército de Liberación Popular, también aseguró haber hablado hace años con el gobierno de Pekín para decirle que estaba subestimando la epidemia del SARS, y Li Wenliang, de 34 años, quien falleció por Covid-19, fue uno de los primeros médicos chinos en alertar sobre el virus, en diciembre del año pasado. Entonces la Policía le advirtió que dejara de "hacer comentarios falsos".

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