Una profesora vivió dos años en una carpa: “Mis alumnos nunca lo supieron”

jueves, 4 de noviembre de 2021 09:41
jueves, 4 de noviembre de 2021 09:41

Mientras hacía un doctorado en la Universidad Royal Holloway de Londres, una profesora de inglés se dio cuenta que con la plata que ganaba no iba a poder seguir pagando el alquiler del departamento en el que vivía y, al mismo tiempo, cubrir todos los costos de sus estudios, por lo que tomó una drástica decisión.

Aimée Leens no se lo contó a sus alumnos ni a la institución donde trabajaba porque no quería que le dieran un trato especial. La idea de esta docente era demostrar que, a pesar de no tener el suficiente sustento económico para continuar sus estudios, iba a lograrlo sin importar lo que pasara.

“Creo que los estudiantes tenían todas las expectativas de que recibiera un salario por mi trabajo. Creo que eso es lo que asumen los estudiantes de todas partes: que somos profesores con contratos adecuados. Les dije que ese no era el caso. Más allá de eso, pensé que contarles que vivía en una carpa era un paso demasiado lejos”, contó la profesora.

Aimée relató su experiencia al medio británico The Guardian: “Hacía frío. Era una pequeña carpa para una sola persona, lo que hacía que después de un rato, por mi propio calor corporal, se tornara más cálida. Pero hubo días en los que recuerdo que me desperté y la carpa estaba en un círculo de nieve”, describió la maestra.

“Cuando no estaba haciendo mi doctorado u otro trabajo, estaba aprendiendo a cortar leña o encender un fuego”, completó Aimée, quien buscó mostrar que además aprendió nuevas habilidades. Mientras vivía en la carpa, guardaba sus libros en la oficina de posgrado para que no se dañaran y solía usar las duchas de la universidad para bañarse. Ella no les dijo nada a sus padres, y les mintió al contarles que se estaba quedando en una granja ecológica para no preocuparlos, publica TN.com.ar.

La profesora se instaló en la intemperie cerca de un parque donde hacían muchas protestas, por lo que ver una carpa no era nada extraño en esa zona. La joven consiguió una, la instaló y comenzó a vivir allí.

A pesar de todo, en el 2018 obtuvo su doctorado. En paralelo, fue tutora de alumnos escolares y trabajó en un jardín botánico con el único objetivo de llegar a fin de mes. Luego sí pudo obtener dos años de contrato fijo enseñando escritura creativa en la Universidad de Exeter.

Aunque Leens soñaba con lograr la estabilidad una vez que obtuviera su doctorado, eso aún no ha sucedido. Si bien logró terminar sus estudios, pasó los dos últimos años con trabajos de duración determinada y hoy sigue buscando oportunidades mientras vive con sus padres.

“Lo más atroz es que hice esto porque pensé que sería temporal. Que si pudiera soportar la dificultad de esta experiencia, eventualmente podría asegurar un puesto seguro como conferenciante. Pero la precariedad continúa y estoy desocupada", se lamentó la profesora.

“No sé qué va a pasar. He tenido muchas entrevistas, incluida una en Cambridge recientemente, pero comencé a buscar en abril cuando todavía tenía un trabajo. Me siento muy nerviosa. Para ser honesta, todavía no sé qué será de mi futuro. La ironía es que creo que estoy muy bien adaptada al trabajo. Sé que soy una buena maestra. Es mi vocación", concluyó Leens.

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