Nicolas Sarkozy, ex presidente de Francia fue condenado este lunes a tres años de cárcel, uno de ellos firme, por un tribunal de París que lo halló culpable de los delitos de corrupción y tráfico de influencias.

El tribunal correccional de París halló culpable al exjefe de Estado, que ocupó el Elíseo entre el 2007 y el 2012, de haber intentado corromper a un juez, determinando que efectivamente hubo un "pacto de corrupción" entre el mandatario, de 66 años, su abogado habitual Thierry Herzog y el exmagistrado Gilbert Azibert. La fiscalía había solicitado que el ex mandatario de derecha fuera condenado a cuatro años de cárcel, dos de ellos firmes, sin embargo el tribunal condenó a todos a tres años de cárcel, uno de ellos de cumplimiento efectivo.

Según la acusación, el ex mandatario buscaba obtener informaciones cubiertas por el secreto profesional e influir en las diligencias abiertas ante la alta jurisdicción relacionada con el denominado caso Bettencourt, por el cual fue sobreseído a fines de 2013.

A cambio, habría ofrecido a Azibert su ayuda para obtener un puesto de prestigio al que éste aspiraba en Mónaco, aunque nunca lo obtuvo.

Sarkozy, que se retiró de la política en 2016, rechaza las acusaciones y ante el tribunal afirmó que "nunca cometió el más mínimo acto de corrupción".

Se trata de primer ex presidente de Francia desde la instauración de la Quinta República (1958) en sentarse en el banquillo de los acusados.

Antes de él, solo Jacques Chirac, su antecesor y mentor político, fue juzgado y condenado por malversación de fondos públicos cometida cuando era alcalde de París, pero debido a problemas de salud nunca compareció ante la corte.

Sarkozy tiene otras causas abiertas muy graves, una de ellas es el caso Bygmalion, por la sospecha de haber financiado ilegalmente su campaña para la reelección en el 2012.

Por otro lado, al exjefe del Estado francés se le acusa también de haber recibido dinero del régimen libio de Moamar el Gadafi para costear la campaña del 2007.