A comienzos de año se conoció la noticia de que un hombre oriundo de la ciudad de Trujillo, en Perú, junto a otro hombre había violado y asesinado a la hijastra de dos años de su hermano, .

Sobre los hechos, el diario “La República”, señaló en enero pasado que el abusador y asesino, identificado como Elman Elder Liñán Barreto, había confesado a la Policía la manera en la que habría llevado adelante el brutal crimen por el que fue condenado a prisión.

Según relató el sujeto, mientras nadie los observaba, había engañado a la pequeña con juegos para conducirla hacia un matorral para abusar sexualmente de ella, y posteriormente, arrojar el cadáver en el interior de un pozo de seis metros de profundidad. Fue allí donde, hallaron a Barreto junto al cuerpo sin vida de la niña.

Una vez trasladado al penal “El Milagro” para cumplir su condena, crecieron los rumores de que los presos, a modo de “venganza” por sus repudiables hechos, atentarían contra la vida del acusado.

En este sentido, las autoridades penitenciarias desmintieron estos rumores, asegurando a “La República” haber desplegado un operativo de vigilancia para evitar que esto ocurriera. Y aclararon: “Como responsables del penal, sabemos de las amenazas y debemos garantizar el orden interno a fin de evitar denuncias de instituciones que velan por los derechos humanos o familiares de los reos”, comunicaron.

Sin embargo, en la última semana trascendió que los presos del penal, finalmente habrían llevado a cabo su venganza contra Liñán Barreto, mediante una brutal golpiza y violación en manada, que le habría provocado desgarros y graves heridas en todo el cuerpo.

La regla de “los niños no se tocan” imperó entre los presidiarios, que luego de que el violador semi-desmayado fuera trasladado de urgencia al Hospital más cercano, aseguraron que “apenas" volviera, lo iban “a picar”.

Tras conocerse lo sucedido, el medio de comunicación “Eco de la Guatesca” informó que Barreto pidió “perdón entre lágrimas” por sus crímenes, y aseguró que le imploró a las autoridades que lo “trasladen” a otro penal, porque “ya no aguanta más”.

"Los reos indignados decían: 'te esperamos de nuevo, esto no es nada, esto es poco lo que te mereces por haber violado y matado a una niña de dos añitos, una pequeña inocente'", señala el informativo local sobre lo que está ocurriendo dentro del penal, a la espera del regreso del asesino.