Alemania cambiará sus normas de entrada para los viajeros procedentes de China y en el futuro exigirá al menos una prueba rápida de COVID-19 para entrar en el país, anunció el jueves el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach.

También se llevará a cabo inspecciones aleatorias a la llegada para cualquier variante del coronavirus, al igual que una vigilancia ampliada de aguas residuales, añadió.

La decisión ha sido tomada en consonancia con las recomendaciones que los representantes gubernamentales de la Unión Europea publicadas el miércoles por la noche.

"Europa ha llegado a una respuesta conjunta a la situación pandémica en China. Esto es precisamente en lo que nosotros, como Gobierno federal, hemos estado trabajando", dijo Lauterbach.

China planea relajar las restricciones sobre viajes este domingo, pese a que una nueva oleada de infecciones ha dejado los hospitales y las casas fúnebres chinas saturados.

Agentes en el aeropuerto de Fráncfort ya están vigilando las aguas residuales, dijo un representante del ministerio de Sanidad el miércoles.