La economía francesa creció ligeramente en el primer trimestre, a pesar de una serie de huelgas contra el proyecto de ley de reforma de las pensiones del Gobierno, aunque la inflación se mantuvo obstinadamente alta, subiendo a casi el seis por ciento en abril.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística francés (INSEE, por sus siglas en francés) mostraron un aumento del PIB del 0,2% en el primer trimestre, en consonancia con las expectativas y tras un cuarto trimestre con crecimiento nulo, favorecido por el consumo de los hogares, que se mantuvo estable tras caer un 1% en los tres últimos meses de 2022.

La inflación en la segunda economía de la eurozona aumentó más de lo esperado en abril, hasta el 5,9% interanual, frente al 5,7% de marzo, lo que el INSEE achacó en parte al encarecimiento de la energía, ya que la caída interanual de los precios energéticos fue menor que en marzo.

También subieron los precios de los servicios y el tabaco, pero bajaron los de los alimentos. En términos intermensuales, la inflación se redujo al 0,6% en abril, frente al 0,9% de marzo, en parte debido a la bajada de los precios de los alimentos frescos.

El rendimiento de los bonos franceses a 10 años [FR10YT=RR] subió tres puntos básicos, hasta el 3,063%, tras la publicación de los datos de inflación.

"Las cifras de abril ponen de relieve que la lucha contra la inflación está lejos de haber terminado, mientras que es probable que el impacto negativo de la subida de los tipos de interés se intensifique a medida que avance el año", dijo en una nota el director de Economía de S&P, Diego Iscaro.

Fuente: Reuters.