Las fuerzas israelíes ordenaron el cierre definitivo de seis escuelas gestionadas por la UNRWA en Jerusalén Oriental, obligando a los alumnos a abandonar las instituciones a primera hora del jueves. La decisión llega después del plazo de 30 días otorgado por el Ministerio de Educación israelí, que venció el miércoles, tras haber ordenado su cierre en meses anteriores.

La organización de la ONU, encargada de la educación y atención sanitaria de los refugiados palestinos, sigue operando en Cisjordania, pero desde principios de año Israel prohibió su actuación en su territorio, acusándola de tener vínculos con grupos militantes palestinos y de promover contenidos considerados antisemitas y antiisraelíes, acusaciones que la UNRWA niega categóricamente.

Estas escuelas, administradas por la UNRWA en Jerusalén Este, territorio capturado por Israel en 1967, son esenciales para la comunidad palestina, que reclama Jerusalén Este como capital de un futuro Estado independiente. La medida israelí genera preocupación entre padres, docentes y administradores, quienes advierten que el cierre forzará a unos 800 estudiantes a atravesar puestos de control peligrosos y, en algunos casos, sin permisos necesarios, poniendo en riesgo su acceso a la educación.

Mientras el Ministerio de Educación de Israel asegura que reubicará a los alumnos en otras escuelas dentro de Jerusalén, el impacto del cierre es considerado grave para la comunidad palestina, que denuncia la pérdida del acceso a una educación básica en condiciones seguras. La organización refugiada ha solicitado mantener abiertas las escuelas en la medida de lo posible, en medio de un contexto de tensión creciente en la región.