Vuelve la Rastrojero: El proyecto busca revivir un clásico argentino

El desarrollo se realiza en un taller de Escobar y espera empezar a ver la luz en 2026.
lunes, 14 de septiembre de 2020 12:17
lunes, 14 de septiembre de 2020 12:17

Este clásico argentino nació a pedido de Perón en 1952, se desarrolló en 67 días y, 145.000 unidades después, tuvo su final en 1980, cuando un decreto del entonces Ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz ordenó el cierre de IME (Industrias Mecánicas del Estado), fábrica en la que se producía.

Este sería un resumen rápido y frío de la historia del Rastrojero, un modelo mítico para la industria automotriz argentina que, a casi cuatro décadas de su discontinuación, sigue tocando una fibra muy sensible en el sistema nervioso de miles de fierreros.

Carlos Ptaschne, responsable de Nuevo Rastrojero S.A. es uno de ellos, y es el impulsor fundamental del proyecto que pretende darle vida nuevamente a este legendario todoterreno. "Elegimos esta marca para homenajearla y continuar la historia", avisa.

El proyecto del Nuevo Rastrojero, es un desarrollo de emprendedores locales que busca desempolvar el nombre y el concepto de trabajo rural de una pick up emblemática de los años 60 y 70 que dejó de fabricarse hace cuatro décadas, y vincularlo con tecnologías que ya se imponen en la industria automotriz, entre ellos la motorización eléctrica.

El proyecto Rastrojero Amperion nació en 2012 de la mano de un empresario del norte bonaerense, Carlos Ptaschne. Vinculado a la industria metalmecánica, y con pasado en el campo, surfea en estos días los avatares de la crisis macro económica que le pusieron un freno al desarrollo, pero no lo detuvieron. A pesar de estos obstáculos económicos, el proyecto avanza para intentar empezar a ver luz en 2026. Este utilitario pretende representar “un homenaje desde el corazón a millones de argentinos que soñaron un gran país”, según su creador.

El Nuevo Rastrojero, en su planificación, se presenta como “casi la antítesis de lo que se ofrece en el mercado”. Y no por ausencia tecnológica, sino por ductilidad y capacidad de trabajo. “El productor del agro va a tener la opción de un vehículo diferente, muy rendidor y de bajísimo costo operativo, bajo mantenimiento, gran nobleza y con soluciones por demás simples”, anticipa Ptsachne. "La marca final se llamará Amperion, pero no va a ser otra cosa que un Rastrojero nuevo", aclara.

La versión Siglo XXI conservará la impronta del modelo original, pero con una propuesta moderna: tendrá una motorización 100 por ciento eléctrica. Serán dos motores (irá uno a cada eje) y una transmisión automática los encargados de impulsarlo. "Vendrá con un diferencial en cada motor, tipo Tesla, pero súper sencillo", explica Ptaschne. La suspensión será independiente.

La batería del sistema eléctrico se podrá recargar en el enchufe convencional de una casa (220 voltios) "en tres o cuatro horas", calcula la cabeza de este proyecto. Para mediados de la próxima década, estima que podrá circular entre 600 y 700 km con una carga rápida.

"Será una mezcla entre tractor y pick up", confiesa el empresario a TN Autos. La idea es ofrecer "un vehículo de bajo costo operativo y a un precio accesible", dice Ptaschne, aunque no se anima por ahora a hablar de valores definitivos. Sí dice que andar a Rastrojero costará un 10% por ciento de lo que cuesta hacerlo hoy en una Toyota Hilux.

Inicialmente se venderá con cabina doble, aunque en una segunda etapa agregará una simple a la oferta. Las primeras versiones van a poder cargar hasta 650 kg en la caja (tendrá los laterales volcables, como el Rastrojero original) de 1,75 metros de ancho "por algo más de 2 metros de largo". Más adelante podrá llevar hasta una tonelada. La capacidad de arrastre servirá para remolcar "una cortadora de pasto o cosas pequeñas habituales del campo, nada pesado".

La carrocería se trabajará “en plásticos muy novedosos” gracias al aporte que haría ItalDesign, una de las casas de diseño automotor más importantes del planeta, con la cual Ptaschne se vincula a través de la amistad que tiene con el alemán Jörg Astalosch, el CEO de la compañía creada por Georgietto Giugiaro.

El proyecto original preveía la fabricación nacional de la pick up, o incluso en Brasil para mantener el status regional, un plan que sin embargo podría sufrir cambios como consecuencia de la crisis económica, que le pega en especial a la motorización, “porque la mayor parte del desarrollo tiene valores en dólares”. De ese modo, se asoma China como opción para albergar la producción del modelo. Podría darse con la posible alianza con la empresa KaiYun motors de Shanghai. El primer paso en las tratativas que el argentino lleva adelante con los asiáticos incluiría la introducción de un utilitario pequeño, que allá se llama Pickman y acá lleva el nombre de “proyecto Safari”.

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