Canapino con los coleres de Argentina en las 500 millas de Indianápolis 2023
Agustín Canapino pasó de manejar autos con techo y disputar carreras de 45 minutos a domar por más de dos horas un pura sangre como lo es un auto de la IndyCar. En la Argentina dejó atrás la gloria de 15 títulos nacionales (4 de TC, 2 del TC 2000, 7 del Top Race, 1 del TC Pista y 1 de la Copa Mégane) y de ser el segundo más laureado en pista detrás de Juan María Traverso (16 coronas), a comenzar de cero a sus 33 años en un mundo completamente diferente. La categoría estadounidense en la segunda más importante del planeta a nivel internacional detrás de la Fórmula 1.
Luego de las cuatro primeras carreras viene cumpliendo con su adaptación y llegó la hora señalada: intentar clasificar para la 107° edición de las 500 Millas de Indianápolis que se correrán el domingo 28 de mayo.
Este martes debieron haber empezado las pruebas preliminares, pero la lluvia caída en el mítico circuito norteamericano obligó a cancelar la actividad. Por seguridad la categoría no gira con piso mojado en un óvalo.
Canapino corre con el equipo del argentino Ricardo Juncos a bordo de un Dallara con motor Chevrolet de 700 caballos de potencia y que en Indianápolis llega a 370 kilómetros por hora en velocidad lanzada. El vértigo y la adrenalina pura se suman por el hecho de correr entre muros y ante la latente posibilidad de un accidente en una competencia de más de tres horas. El domingo 28 se esperan 400 mil espectadores en el escenario y al ser el evento más fuerte de la temporada los pilotos pueden lucir diseños especiales en sus autos. Agustín rendirá homenaje a la selección argentina que logró el título en el Mundial Qatar 2022.
“Juntar la pasión de los argentinos. Ganar el Campeonato del Mundo y Agustín manejando el auto. En mi caso particular recordar las cinco veces que competimos en las Indy 500 y transmitirle a Agustín toda la información posible, pero estas cosas hay que experimentarlas”, cuenta Juncos.
La escudería Juncos Hollinger Racing firmó un acuerdo con la AFA para el diseño especial del auto y espera poder tener algún jugador presente, algo complicado porque las ligas aún seguirán en disputa en esa fecha. “Estamos viendo la lista de invitados y quiénes podrían venir de la AFA. Todos los jugadores están al tanto y creo que van a ver la carrera como nosotros miramos los partidos de la Selección. Aparte, por lo que significa la carrera para los estadounidenses. Se corre desde 1911. Es el evento que más gente junta en un solo día, 400 mil personas. Estamos haciendo historia”, afirma.
Aunque no pierden la ilusión de una presencia en algún momento de Lionel Messi, que este fin de semana podría ser campeón con el PSG en la Ligue 1. “Será bienvenido. Le damos la bandera para que haga algo. Seguro que conseguimos una vuelta en unos de los IndyCar que tiene doble cabina y que maneja Mario Andretti”, anhela Juncos. Mientras que Canapino bromeó y lanzó, “que corra él”.
En tanto que Agustín ya giró en unos ensayos previos en Indianápolis y no tiene palabras para describir qué se siente: “No sabes lo difícil que es explicarlo. La adrenalina y dificultad es única. Toda mi vida me dediqué a los autos de carrera y cuando me experimenté esto es único. La velocidad es extrema. La dificultad es altísima. Cualquiera que tenga un concepto del óvalo, a mí se me fue todo al suelo. Es mucho más difícil y complicado de lo que parece. Todo el tiempo hay que estar procesando muchísima información. Los que tienen gran experiencia en óvalo y en las 500 Millas tienen que ir resolviendo todo lo que van haciendo arriba del auto sin tener que pensarlo y analizarlo. No hay margen de error porque se va tan rápido, a los 360/370 km/h, no podes equivocarte. Para ir rápido tenés que estar cerca del límite y podes pasarlo en cualquier momento. Pero pasar el límite en Indianápolis es un golpe tremendo. Se trata de ir coqueteando con ese límite a la hora de ir rápido, sobre todo a la hora de ir en succión que es la parte más complicada, la elección de los neumáticos”.