La ex ministra de Seguridad y presidenta del PRO, Patricia Bullrich reclamó que las vacunas sean privatizadas en el Argentina y que "la compre quien pueda hacerlo". La propuesta desató un fuerte rechazo de la comunidad científica, que remarcó la importancia de que la salud sea pública y no haya discriminación. 

"Si todos compraran vacunas, si se podría comprar cualquier tipo de vacunas, estaríamos mucho más... la gente pagaría las vacunas como paga la vacuna. Los que pueden comprarían y los que no irán a la obra social o obtendrían un subsidio del Estado", señaló Bullrich el pasado miércoles.

También calificó la centralización de la adquisición de vacunas por parte del Estado argentino como soviética: "Apuremos la vacuna. Dejemos que los privados compren vacunas, que las farmacias compren vacunas, que las provincias compren vacunas y hagamos una vacunación no tan soviética y centralizada que al final lleva a un manejo de la vacuna así como quieren. Si todos compraran vacunas y pudiéramos tener todo tipo de vacunas, si la gente pagase la vacuna...", comenzó diciendo Patricia Bullrich en el piso de A24.

Las críticas a la exfuncionaria no se hicieron esperar. En primer lugar por dar prioridad a las clases sociales con alto poder adquisitivo que les permita obtener primero las vacunas. En segundo lugar por cuestiones de logística: las personas y las instituciones privadas no pueden mantener las condiciones de resguardo para las vacunas. En tercer lugar porque las negociaciones se dan entre países y laboratorios. 

Pero sobre todo: hay una escasez mundial de vacunas, con países que impiden exportaciones de dosis por incumplimiento de contratos y con demoras en la entrega en todo el mundo.