El conmovedor pedido de un chico de 15 años que busca ser adoptado

Lucio vive en el Hogar Miguel Magone. Hace poco se presentó en un juzgado de menores y le pidió a su titular, la doctora Carolina Macarrein, que le buscara una familia.
lunes, 16 de octubre de 2023 23:20
lunes, 16 de octubre de 2023 23:20

“Lo que no me gusta es que como mi video se hizo viral, todo el mundo piensa que soy un pobrecito. No me gusta eso, piensan que me hacen falta cosas y la verdad que no. Sí, tengo dificultades. Pero no soy un pobrecito… lo que yo quiero es ser parte de una familia unida”.

Lucio tiene 15 años. Habla bajito, a cuentagotas, como casi todos los adolescentes. Pero tiene las cosas claras. Lo que quiere Lucio es amor, el que siente que su madre no le da, nunca le dió y ya no le dará. Quiere una mamá que por la noche le prepare tallarines, su plato favorito, y “poder ir tranquilamente a mi habitación y dormir, descansar”. Busca y rebusca, como todos, que lo quieran. Un abrazo. Una palabra cuando las cosas vayan mal. Y un futuro donde él mismo pueda forjar un porvenir. No quiere que le regalen nada, ni busca transitar un camino oscuro que sólo lo llevaría a la muerte o a la cárcel: su sueño es estudiar biología en la Universidad del Noreste. Y con esa convicción se plantó frente a la titular del juzgado 4 de Familia, Niñez y Adolescencia Carolina Macarrein y le pidió que le buscara una familia. Una mamá.

El proceso no es sencillo. La gran mayoría de adoptantes buscan un bebé. Según las cifras que publicó la DNRUA (Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines adoptivos), al 1° de octubre de 2023 había 1375 solicitantes que constituían matrimonios y uniones convivenciales y 499 monoparentales. De ese universo de 1874 solicitudes, apenas el 0,37%, siete, buscan adoptar adolescentes de 15 o más años. Pero Lucio tiene mucha historia y una lucidez que se empeña en desmentir su edad. “Lucio es un adolescente con mucha autonomía, con mucha personalidad -dice la dra. Macarrein-. Nos vino a decir acá al juzgado, a todos personalmente, que quería intentar buscar una familia. Tiene desafíos, tiene planes para el futuro, quiere seguir estudiando. Sabe que después de terminar la escuela va a seguir estudiando. Lo vemos con mucha claridad en sus ideas y en su proyecto de vida. Y entonces ahí fue cuando apareció la idea de convocar a todo el territorio de la república Argentina a poder encontrarle una familia”. Lo que la jueza deja inferir -no respondió al llamado de Infobae, sino que publicó un video que difundió la justicia correntina- es que el caso de Lucio no es el de un adolescente que intenta llamar la atención, sino que es mucho más profundo.

Hoy, este chico que nació en Buenos Aires y se fue a Corrientes con su mamá “a los seis, siete años”, vive en el Hogar Miguel Magone, en la capital de esa provincia. No es el primero donde se refugió. “Yo estuve en muchos hogares. La primera vez fue a los seis años, por ahí, en el Tía Amanda, después me llevaron al Domingo Savio y estuve desde los 7 a los 8, no me acuerdo. Volví a entrar cuando tuya tenía 9 o 10. Después a los 12 y a los 13 otra vez. Y desde ahí estoy acá”.

Pero Lucio no es sólo la historia de un desamparo. Es, sobre todo, la de sus sueños. Por eso cuenta: “me estudiar mucho, voy a la escuela, nunca falto, hago todos mis deberes”. Su materia favorita es Biología, porque, dice, “cuando entré a la secundaria se me hizo bastante fácil. Ojalá que pueda estudiarla en el futuro. Porque entiendo mucho de esas cosas”. Y es deportista: va al gimnasio, jugaba voley en el Club Córdoba -”aunque no soy muy alto”- y aprendió ajedrez en la escuela primaria. Como a cualquier adolescente, le gusta salir con sus amigos, “que son mi familia”. Y aunque al río Paraná lo tiene a un tiro de piedra, no es algo que le atraiga demasiado, y menos que menos salir a pescar, algo que no hizo nunca.

Como muchos sábados, puede dejar el Hogar y visitar a una familia que lo recibe los fines de semana. Allí tiene una mascota, un gatito que bautizó Goku, como el personaje de Dragon Ball, un dibujito que le encanta. De la casa que compartía con su madre biológica, la pareja de ella y un hermanito menor -dos ambientes y un baño que alquilaban- extraña a su perrito, Rocco, al que “hace años” que no ve.

Cuesta escucharlo decir que su mamá no lo quiere. Rompe el corazón. Ese es el amor primario, el que nace desde las entrañas. O debería. Pero Lucio dice que no. Muchas veces se fue de su casa para golpear la puerta de un hogar de niños. Y otras tantas regresó a su casa donde, cuenta, sólo tenía “mi cama, mi ropa y mi perro”.

“Mi mamá siempre me decía lo mismo ‘voy a cambiar, voy a cambiar’, y nunca cambió. Y bueno, si no vas a cambiar, ¡ya está! Si no me vas a querer tampoco, listo. Va a haber otra gente que me quiera”, dice. Duele. A él y al que lo escuche. Lucio amplía: “Siempre, cuando yo estaba encerrado, ella me venía a visitar y me decía que iba a cambiar. Y yo hablaba con el equipo que había ahí y le decía que yo quería volver con mi mamá, porque iba a cambiar. Y nunca cambió. Así que cuando entré la última vez y me dijo lo mismo, le dije que no, y le cerré la puerta en la cara”.

¿Qué es lo que no cambió la madre de Lucio? “La manera de tratarme”, y pone un ejemplo. " A veces yo llegaba a casa y ella se enojaba conmigo y me decía ‘che, si no te gusta, andate con otra familia o andá que te adopten, porque eso a vos te gusta’”. Duro, pero real. La opción que en algún momento se planteó es recurrir a su abuela, pero “va a pasar algún tiempo y me van a decir que tengo que volver con tu mamá. Y yo no quiero volver con ella”.

Para Lucio, hoy, esa puerta se cerró. Y salió a buscar amor. Ahora, este hincha de Boca -aunque no fanático del fútbol- dice que su sueño es “algún día tener mis propias cosas, seguir juntándome con mis amigos, poder trabajar de lo que me gusta, estudiar lo que me gusta y vivir bien”.

Luego que su video fuera publicado por el juzgado y alcanzara una dimensión que nunca imaginó, recibió muchos llamados. “Me escribió mucha gente. Algunos dicen que no pueden adoptarme, pero que cuente con ellos. Hay otros que dicen que están muy lejos”. Aunque la convocatoria para su adopción es nacional, con cierta timidez señala: “la verdad, no me quiero ir de Corrientes. Tengo mis amigos y mi estudio acá”.

Comentarios