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La avenida de los Baobabs

Es sabido que los Baobabs son los árboles emblemáticos de la isla de Madagascar. Llamativos por donde se los mire, los baobabs que pueblan la isla, son probablemente la imagen que queda grabada en la memoria de los turistas que la visitan.
jueves, 9 de septiembre de 2010 00:00
jueves, 9 de septiembre de 2010 00:00

. En la región de Menabe, más precisamente en Morondava, los ejemplares conforman un paisaje único que se puede atravesar en la conocida como avenida de los Baobabs.
Se calcula que los ejemplares de Baobabs (Adansonia grandidieri) tienen en muchos casos unos 3.000 años de antigüedad, por lo que no es difícil imaginar el empeño de la naturaleza para conformar un paisaje único que parece sacado de un sueño. Los baobabs se encuentran por todo África subsahariana, pero es en Madagascar donde las numerosas especies alcanzan un máximo de esplendor.
Sobre la costa oeste de la Isla, Morondava se encuentra inmersa en un paisaje que se vuelve desértico y amenazado por la deforestación. Es uno de los puntos de la extensa isla (de un extremo a otro alcanza unos 2.000 kilómetros de extensión) donde los baobabs crecen más numerosos. Hacia el atardecer, la avenida de los Baobabs nos aguarda con un espectáculo más que recomendable. Es un bosque cientos de ejemplares, de troncos altísimos y erguidos, con árboles de hasta 30 metros de altura. Para llegar, como en muchos puntos de la isla, se requiere de paciencia por las largas extensiones, y en tramos, el poco o nulo mantenimiento de los caminos.
La avenida de los Baobabs ofrece un paseo de no más de un día, pero que merece aguardar al atardecer con las tonalidades rojizas que la atmósfera de Madagascar bien sabe realzar. Durante el recorrido, los niños siempre sonrientes, se acercarán para ofrecer alguna ofrenda, acostumbrados a las visitas. Entre tantas siluetas habrá que descubrir el baobab de los enamorados, con sus ramas entrelazadas en un abrazo de cientos de años, que a la escala humana, es casi una eternidad.
 

En el capitulo V del famoso libro El Principito, éste le cuenta al Aviador que en su planeta crecen unos baobabs, árbol que en la Tierra alcanza proporciones descomunales, pero que en el planeta del Principito no son sino meros arbustos. El Principito revela así para qué necesita al cordero: para que se coma las hojas de los baobabs y estos no acaben con su planeta. 

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