La operación de autopsia realizada en el cuerpo de Julio Alaniz (59), el empleado de aduanas que fue brutalmente asesinado en su casa, reveló que además de dos docenas de puñaladas en su abdomen y tórax, los homicidas le efecturaon dos disparos en la cabeza. En tanto, durante la noche del miércoles, quedó detenido un joven identificado como Maximiliano Santos Carrizo, quien estaría sindicado como uno de los autores del crimen, junto a su hermano Walther Emanuel Carrizo, quien hasta anoche permanecía en calidad de arrestado y hoy sería llevado a Tinogasta.
Así fue confirmado por fuentes policiales y judiciales, las que detallaron que la fiscal de Tinogasta, Silvia Álvarez, indagaría en la jornada de hoy a Maximiliano Carrizo como supuesto coautor del delito de “homicidio calificado por criminis causa”.
El joven fue detenido en un allanamiento realizado en la localidad de Fiambalá el miércoles por la noche. En otros allanamientos que se extendieron hasta la madrugada de ayer, los investigadores lograron recuperar dos televisores plasma de 32 y 42 pulgadas, entre otros elementos que le habían robado a la víctima, como así también un revólver calibre 22, que sería el arma con la que le dispararon a Alaniz.
Los impactos de bala fueron descubiertos por los médicos que realizaron la autopsia el miércoles por la noche. De todas formas, se pudo saber que Alaniz murió como consecuencia de las puñaladas que recibió en el abdomen y el tórax, una de las cuales lo hirió en el corazón.

Traslado

Anoche, Walther Carrizo permanecía en calidad de arrestado en averiguación del hecho junto a Víctor Macías y Yésica García. Los tres fueron aprehendidos el miércoles cuando transitaban en un remis Peugeot 205 gris -dominio CIN 442- con destino a esta Capital y fueron demorados en Huillapima.
Una vez que Walter Carrizo llegue a Tinogasta pasaría a detenido bajo la misma imputación que su hermano. Y también será indagado por la fiscal Álvarez.
Alaniz fue brutalmente asesinado el miércoles a la madrugada. Los investigadores sospechan que al menos uno de los homicidas tenía relación amorosa con la víctima y que el crimen fue pasional, dado el ensañamiento. Luego se llevaron el auto de la víctima y algunas pertenencias, y dejaron forzadas las puertas. Pero se cree que fue una maniobra para despistar a los investigadores. Para la Justicia, el caso está esclarecido.