Raúl Eduardo Mascareño (29) pidió declarar ayer ante el tribunal que lo juzga como uno de los autores del “Crimen del Calvario” y aunque admitió el hecho, aseguró que no tuvo intenciones de acabar con la vida de la la víctima, Guillermo Antonio Carrizo (59). Y manifestó que actuó preso de un ataque de “ira” ante una agresión hacia su hermana y su madre.
El imputado dio su versión de lo ocurrido aquel sábado 14 de marzo en la casa de su madre, a la vera de la ruta 4. Pidió perdón a la familia de la víctima, y manifestó que él no tuvo intenciones de matar, e incluso dijo que tras arrojarle una piedra “nunca pensé lo que había pasado, pensé que estaba desmayado”.
Mascareño hizo un relato en el que justificó su reacción en una supuesta violenta agresión por parte de la víctma, al que acusó primero de proferir denigrantes insultos contra su madre y su hermana. Incluso afirmó que la actitud agresiva fue siempre de la víctima.
Según narró, todo comenzó cuando Carrizo, que estaba en la vivienda vecina a la de su madre, comenzó hablando en voz alta en forma ofensiva hacia su madre y su hermana. Y que luego se acercó hasta la puerta de la casa para pedir que le vendieran una gaseosa. Pero cuando su hermana, Paula Mascareño, le dijo que ya no vendían, comenzó a insultarla.
Ante ello, dijo que él intervino y le dijo que se fuera de la casa, ante lo cual Carrizo lo habría invitado a pelear. Masacareño aseguró que fue la víctima la que comenzó a a arrojar pedradas. “Yo le tiré dos o tres piedras pero no le pegué, porque él las esquivaba”, aseguró el imputado.
Explicó luego que el momento más tenso de la pelea se produjo cuando su hermana salió a pedirle a Carrizo que se fuera del lugar, ante lo cual le pegó dos trompadas en el rostro. Luego se sumó Solohaga a la pelea, quien según Mascareño, sólo le pegó con el puño a Carrizo. Y contó que en ese momento vio que su hermana estaba sangrando como consecuencia del golpe que había recibido. Eso lo hizo reaccionar “por ira”, y contó que tomó una piedra y se la arrojó a una distancia de unos tres metros.

Mentiras

Al ser consultado sobre las diferencias de su declaración con la de testigos independientes, que no tendrían intereses en la causa, dijo que no sabía por qué, pero que estaban mintiendo. Entre otras contradicciones, ninguno de los testigos anteriores escucharon insultos por parte de la víctima; también varias personas vieron a Mascareño que le pegó más de una pedrada a la víctima, igual que Solohaga. Y también fueron varios los testigos que dijeron que Carrizo tenía una relación sentimental con la madre de Mascareño, situación que el joven dijo desconocer.
Tampoco pudo explicar por qué la cantidad de lesiones que tiene la víctima según la autopsia no se comparecen con su versión.

Testigos

Además de la declaración del imputado, ayer el tribunal escuchó a los últimos testigos que fueron convocados por las distintas partes. Entre ellos, declararon la madre y la hermana de Mascareño, quienes hicieron un relato coincidente con el del imputado. La mujer también negó haber tenido alguna relación con la víctima.
Y desmintió lo que dijeron los hijos de Carrizo, sobre que alguna vez ella haya ido como su pareja a Chumbicha.
Luego de la presencia de los testigos, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el martes próximo.
Ese día se expondrán los alegatos de la Fiscalía, la querella y los abogados defensores. Y finalmente se conocerá la sentencia.