Rosana Valeria Nieva Fernández, un joven madre de 32 años, denunció públicamente la indiferencia de la Justicia ante las múltiples denuncias que realizó en contra de sus padrastros, quienes le impiden el contacto con sus tres hijas de 11; 9 y 13 años. Pese a que la Justicia de Familia fijó un régimen abierto, indicó que los tutores de las niñas impiden que pueda verlas.
La situación llegó a un punto límite el domingo último cuando, según manifestó, al quere ver a las niñas fue golpeada por su padrastro, quien le dijo que no estaban.
La mujer explicó que por orden de la jueza Ana Edith Valdez Sierra, las niñas están bajo la guarda de sus abuelos. Pero ella tiene un régimen “abierto” de visitas.
Sin embargo, los abuelos organizaron las jornadas de las tres niñas para que tengan actividades desde las 7.30 de la mañana hasta las 22 horas, entre el colegio, clases de danza, música y otras, que no les dejan suficiente margen para estar con ella.
Además, en los pocos espacios horarios en los que puede ver a las menores, en reiteradas oportunidades recibió como respuesta que sus hijas no estaban en la casa. “A la más grande la tienen de novia con un chico que encima le pega”, afirmó la mujer, quien dijo estar desesperada.
“Hice 18 denuncias en la Unidad Judicial Nº 5 porque no me dejan verla; el domingo mi padrastro me golpeó y me dieron días de incapacidad. Pero la jueza no hace nada, ni lee el expediente”, reclamó la mujer.
Rosana asegura que ella está perfectamente apta para tener a sus hijas. Sin embargo dice no saber por qué no obtiene la guarda de las menores.