Abuso sexual gravemente ultrajante calificado

12 años de prisión para un padrastro abusador

Es el albañil que decía estar poseído por el demonio.
lunes, 1 de noviembre de 2010 00:00
lunes, 1 de noviembre de 2010 00:00

Con un fallo parcialmente dividido, el tribunal de la Cámara Penal Nº 1 condenó a doce años de prisión a Walter Eduardo Castro (33), un albañil que abusó sexualmente de la hija de su concubina, y argumentó que estaba “poseído por el demonio”. En forma unánime el tribunal declaró culpable al imputado, aunque uno de los camaristas se inclinó por una pena más benévola.
Así concluyó ayer el juicio oral en contra de Castro por un aberrante hecho ocurrido el 6 de marzo del año pasado en la zona norte de la ciudad Capital. Durante la última audiencia, el tribunal escuchó los alegatos del fiscal Jorge Silva Molina y del abogado defensor, Víctor Pinto.
El representante del Ministerio Público mantuvo la acusación en contra del imputado y pidió una pena de 14 años de cárcel. Silva Molina, en sus conclusiones, consideró que el relato de lo ocurrido por parte de la víctima era plenamente creíble y se encontraba acreditado por múltiples elementos de prueba y testimonios.
El día del hecho, aprovechando que su pareja, con la que había convivido seis años, se encontraba fuera de la casa, el imputado encerró a la hija de la mujer, de siete años, en su habitación, la amordazó y ató de manos para despojarla de sus prendas íntimas y manosearla en sus partes íntimas. Apenas la pequeña pudo zafar de las ataduras, corrió a pedir auxilio a su abuela, que se encontraba en otra habitación.

Endemoniado

La mujer revisó a la niña, que angustiada le contó lo que ocurrió. Y cuando la mujer confrontó al imputado, éste le respondió “tengo orden del demonio de matarlos a todos”, para luego tomar una bicicleta y alejarse de la vivienda.
Minutos después, la madre de la pequeña recibió un mensaje de texto en su celular, proveniente del número del imptuado, en el que le decía que el demonio le había ordenado abusar de la niña. La madre hizo la denuncia momentos después del hecho.
El fiscal tuvo en cuenta todos estos elementos que fueron acreditados por los informes psicológicos, que descartaron cualquier indicio de fabulación por parte de la menor. Y consideró que el hecho había sido más grave que un simple manoseo, dado la conducta desplegada por el imputado al encerrar a la niña, amordazarla y maniatarla para someterla totalmente indefensa. Por ello mantuvo la acusación por el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante calificado por la situación de convivencia con la víctima”.
A su turno, el abogado Víctor Pinto pidió la absolución por el beneficio de la duda del acusado. Y en forma subsidiaria, que se calificara el hecho bajo una figura más benigna para el acusado y que se adecuara la pena.
El fallo del tribunal, integrado en esta oportunidad por los jueces Roberto Dionisio Mazzucco, Carlos Alberto Roselló y el subrogante Héctor Maidana, declaró culpable por unanimidad al imputado del delito. Pero el camarista Roselló se inclinó por una pena más leve.

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