La propietaria de la casa que durante el fin de semana fue apedreada por un grupo de adolescentes en horas de la madrugada, denunció que la Ermita de la Virgen del Valle se convirtió en un aguantadero de alcohólicos y drogadictos, y que la policía “hace oídos sordos”, a los incidentes que ocurren en el barrio 25 viviendas.
Sofía Judith de Romero, dijo a El Esquiú.com, que el episodio del que fueron víctimas el último sábado, y en el que su hijo resultó detenido por amenazas, es moneda corriente en el barrio.
La mujer explicó que su hijo, Roque Luis Romero, se levantó a pedirle a un grupo de revoltosos que se retiraran del lugar, ubicado al frente de su vivienda, porque no los habían dejado descansar en toda la noche. Sin embargo los jóvenes empezaron a agredir al hombre y terminaron apedreando la casa. La policía tardó 40 minutos en llegar al lugar.
Judith dijo que pese a que la policía está sólo a dos cuadras, no toma ninguna medida. La mujer exigió que el intendente de Valle Viejo actúe rapidamente y prohíba que la Ermita continúe siendo el lugar de reunión de los adolescentes revoltosos.

Indagatoria

Ayer Roque Luis Romero, propietario de la casa dañada, quien habría amenazado a una de las familias de los jóvenes que causaron el de-sorden, se negó a responder las preguntas realizadas por el Fiscal de Instrucción Nº 3, Javier Herrera, por lo que permanecerá detenido, hasta contar con los antecedentes. En tanto que ayer, recuperaron la libertad cuatro de los sujetos que fueron acusados de “lesiones leves en riña y daños”.