Declaró el ex policía acusado por el crimen de un obrero

martes, 23 de noviembre de 2010 00:00
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El ex sargento de policía Alberto González, imputado por el crimen del albañil Andrés Núñez, implicó directamente a los policías Víctor Andrés Dos Santos y José Ramos, también sometidos a juicio por este caso, y a los prófugos Pablo Jerez y al ex comisario Luis Raúl Ponce, en el marco de la primera audiencia del juicio oral y público que se instruye en La Plata.
González testificó que a Núñez lo torturaron y asesinaron en la Brigada, y que luego el ex comisario Luis Raúl Ponce lo obligó a rehacer el libro de guardia “para que no haya constancia de lo sucedido” en la noche del 28 de septiembre de 1990.
Del testimonio de González se desprende que ese día había arribado a la vivienda de Núñez para llevarlo a la Brigada, por órdenes del entonces comisario Ponce y de Jerez, con la excusa de tomarle declaración por el robo de una bicicleta. Pero el uniformado aseguró no haber entrado al edificio policial, porque se le terminaba el turno y tenía que regresar al día siguiente.
“Al otro día, Jerez me explicó que habían asesinado a golpes a Núñez, me dijo que no me preocupe, que Ponce iba a solucionar todo, que vuelva a mi casa y no me haga drama por lo ocurrido, pero que no hable del tema con nadie”, declaró González.
También contó al tribunal, integrado por los camaristas Raúl Dalto, María Rousech y Laura Lasaga, que se fue a su casa “con miedo por lo ocurrido”, que por eso no declaró antes y le pidió “perdón” a la familia de Núñez.
“No me me animé a declarar por miedo a que me mataran a mí o le hicieran algo a mi mujer y mis hijos”, aseguró.
González contó que al regresar el lunes al trabajo, Ponce le pidió que “reescriba todo el libro de guardia, y que cambie sólo los ingresos” del 28 de septiembre de 1990, “para que no quede constancia del paso de Núñez por la Brigada”.
Al mismo tiempo, recordó que Ponce lo obligó a cortarse el pelo, la barba y “a hacer de- saparecer el auto”, un 147 color gris, con el cual habían ido a buscar a Núñez a la casa.
“Yo hice lo que me dijo porque tenía miedo, acá había un poder superior que manejaba la historia, no era cosa de dos o tres personas lo que ocurrió en la Brigada”, señaló.
González contó que durante los diez años que estuvo prófugo, “Ponce me pasaba un sueldo de tres mil pesos en negro. Yo tenía que ir y retirarlo de la oficina de un abogado de apellido Casal”.
Los ex policías llegaron a juicio procesados por los delitos de privación ilegal de la libertad calificada reiterada y tortura seguida de muerte.
 

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