Carta al Director

Salvavidas de plomo

miércoles, 11 de agosto de 2010 00:00
miércoles, 11 de agosto de 2010 00:00

Señor director:

Hay ciertos “apoyos” que constituyen un verdadero salvavidas de plomo. Tal lo que ocurre con el “pronunciamiento colectivo” de nuestros honorables Fiscales, efectuado en apoyo del Dr. Víctor Figueroa, que leí estupefacto en la prensa de ayer.
Seguramente, ese “pronunciamiento de apoyo” fue el resultado de una orden impartida por la Sra. Fiscal General, quien, a su vez, es la “novia” y compañera del Jefe General de Policía, al que, curiosamente, debe controlar en el sentido funcional y jurídico de la expresión.
Por tanto, tal “apoyo” debe entenderse como aval a la “brillante conducción de la fuerza policíaca”, por parte de éste último.
De todos modos, ese “sesudo” y “valiente” pronunciamiento –que quedará en los anales de nuestra menuda historia judicial- viene a demostrar que tenemos Fiscales subordinados al Jefe de Policía y a esa banda de peligrosos matones que hoy representa nuestra “fuerza del orden”, pagada con fondos públicos, y que con los medios que le brinda el estado, con “alto profesionalismo” (no supe que descubriera un solo hecho delictivo serio y medianamente complejo), los utiliza para delinquir.
Pero… veamos lo que se deduce e infiere de ese inquietante “apoyo”, para que se comprenda la magnitud del desatino y de la obsecuente aberración de quienes están destinados por la ley a investigar la ilicitud de los actos de gobierno y de los propios funcionarios públicos, y que muestra objetivamente, la total falta de independencia de nuestro Poder Judicial, en razón de que:
1) En el marco del estado de derecho y de la independencia del poder judicial, no es admisible ni tolerable que FISCALES o JUECES SALGAN EN APOYO DEL PROCEDER FUNCIONAL DE OTRO U OTROS. Pues, si todos los jueces y Fiscales, por ejemplo, salieran a apoyar públicamente una controvertida sentencia, resolución o decisión, que uno de sus pares hubiera emitido o adoptado, quedaría cerrada toda posibilidad de discusión recursiva, negándose así, la realización de la Justicia, al abroquelarse corporativamente todo un poder a favor de una decisión o postura ya adoptada. Esos apoyos colectivos al accionar funcional de uno de sus pares, es propio de una JUSTICIA DOMESTICADA, COMPRADA, SUBORDINADA AL PODER DE TURNO.
2) El más elmental decoro funcional, impide a los FISCALES o JUECES, salir a apoyar en abstracto, públicamente, resoluciones o decisiones dictadas por un par, cuando la investigación de los hechos se encuentra en curso, o bien, cuando no se adoptó, por inoperancia, ineptitud, incapacidad, abulia, etc., decisión alguna para impedir un fenomenal atropello.
3) Queda demostrado que el día domingo 8, desde el Puesto Caminero del Aeropuerto, llamamos en tres (3) oportunidades consecutivas al Fiscal Figueroa, informándole del abuso que ya sufríamos. Una simple llamada telefónica suya a dicho Puesto, hubiera evitado un atropello, una monstruosidad y grosera afrenta. Por tanto, sus pares vinieron a “apoyar” la inacción, el incumplimiento de sus deberes funcionales, su total inoperancia.
4) Queda demostrado, con ese apoyo absurdo, aberrante y negador del estado de derecho que los Sres. Fiscales no tienen la menor idea de sus verdaderas y cabales funciones, aunque sepan de memoria el Código de Rito. No podría ninguno de ellos ocupar las funciones que indebidamente ocupan.
Concluyo señalando que ese extraordinario Maestro del Derecho que fuera Eduardo J. Couture, en un breve, bello y estupendo ensayo –Meditaciones de un Abogado- sostiene: “Las resoluciones, decisiones y hasta las inacciones de los Fiscales y Jueces, no necesitan otro apoyo, que los propios fundamentos jurídicos y éticos en que deben sostenerse. Por tanto, la seriedad y el elevado decoro de la función jurisdiccional no admitie que otros funcionarios de igual jerarquía salgan a avalar o apoyar resoluciones o decisiones de un par. Eso importaría un grotesco bastardeo de las funciones –las más elevadas en el estado democrático de derecho- que cumplen, y una pérdida de confianza en el desempeño de la Magistratura”.
Creo que con todo esto, queda retratado el nivel de nuestros fiscales y la confianza que podemos tener en ellos.

José Alberto Furque
Abogado Mat. 335/101
 

Comentarios

Otras Noticias