Podría ser condenada a perpetua

La acusada dijo que no sabía de su embarazo

Incurrió en varias contradicciones durante su testimonio ante el tribunal de la Cámara Penal Nº 2.
martes, 17 de agosto de 2010 00:00
martes, 17 de agosto de 2010 00:00

María Isabel Molina (21), la joven andalgalense que comenzó a ser juzgada ayer por el supuesto crimen de su hijo recién nacido, declaró ante el tribunal y aseguró no saber que estaba embarazada hasta que dio a luz. La acusada trató de convencer al tribunal de que no tuvo intención de matar a la criatura luego de dar a luz, aunque incurrió en contradicciones durante su relato.
Molina está acusada por el delito de “homicidio calificado por el vínculo”, un delito que tiene una pena de prisión perpetua, es decir que le significarían 35 años en prisión en caso de ser hallada culpable.
Según la acusación, el 16 de junio del año pasado, luego de dar a luz a un varón, le quitó la vida colocándolo dentro de una bolsa, para luego envolverlo en telas y meterlo dentro de un balde, que dejó en la basura. El hecho ocurrió en el paraje “El Lindero”, del distrito Aconquija -Andalgalá-. Previamente, según la acusación, Molina habría consumido dos pastillas de Oxaprost, una droga que se receta para el reuma, pero que tiene efectos abortivos; ello le habría inducido el parto.
Molina accedió a declarar ante los jueces “para aclarar todo bien”, según dijo. La joven aseguró que pese a que sus amigas le decían que podía estar embarazada, “yo no creía, porque me venía el período normalmente”, y que “nunca fui al médico para hacerme controles ni nada”.

Contradicciones

En un momento de su testimonio afirmó que no supo de su estado de gravidez sino hasta el momento en que dio a luz. Pero luego se fue corrigiendo durante el interrogatorio, mientras surgían contradicciones con su declaración anterior, durante la investigación.
La joven narró que el día del hecho, como a las siete de la mañana, tuvo fuertes dolores y que dio a luz en la habitación de la pensión donde alquilaba. Que con unas tijeras cortó el cordón umbilical y que se desmayó hasta las 17 horas. Entonces se levantó y vio que el cuerpito estaba “morado y sin vida”. Y manifestó que después llegó la policía y “me salvó la vida, uno de los dos tenía que fallecer”.
La joven se contradijo respecto de las pastillas de oxaprost que tomó. Antes había dicho que las tomó para expulsar la placenta, y ayer que creía que eran para la gripe, lo cual sonó totalmente inverosímil. Máxime cuando en su declaración anterior dijo que las pastillas las había comprado a 15 pesos cada una en Tucumán, en el mes de enero de 2009, y que en la farmacia le habían dicho que eran para perder el bebé.
De todas formas, ayer negó que haya tenido intenciones de abortar, y que ella sí quería quedarse con ese hijo.
Sin embargo, luego debió ir acomodando su declaración a medida que el fiscal y los jueces profundizaban el interrogatorio.

Testigos

Dos mujeres declararon ayer; una agente sanitaria, Sandra Elena Batallán y una docente, Susana Peralta, quienes conocían a la imputada. Ambas manifestaron que si bien se “decía” que la chica estaba embarazada, ellas no podían afirmarlo, ya que señalaron que no se le notaba la panza, pese a los ocho meses que cursaba.
El debate continuará mañana con la declaración de más testigos. La joven es asistida por el defensor oficial Vicente Olmos Morales, mientras que por la acusación interviene el fiscal Gustavo Víctor Bergesio. El tribunal encargado de dictar sentencia está integrado por los camaristas Rodolfo Bustamante, Luis Guillamondegui y el subrogante, Ramón Porfirio Acuña.

Comentarios

Otras Noticias