Purgará cuatro años de prisión
Cárcel y tratamiento para asaltante
En abril del año pasado asaltó a un adolescente cuando iba a la escuela, lo obligó a alejarse con él y lo golpeó.
Emanuel Antonio Gómez (21), fue condenado ayer a purgar cuatro años de prisión efectiva, y al momento de dictar la sentencia, el tribunal de la Cámara Penal Nº 2 ordenó que el Servicio Penitenciario arbitre los medios para que pueda recibir asistencia psicológica y de rehabilitación por su adicción a las drogas. El imputado fue declarado culpable de los delitos de robo simple en grado de tentativa y privación ilegítima de la libertad, por el violento asalto que perpetró en abril del año pasado en contra de un chico de 14 años.
El fallo unánime del tribunal modificó en parte la calificación del hecho por el que fue condenado, ya que si bien el acusado admitió plenamente el asalto, negó tajantemente que hubiera utilizado un arma blanca, tal como lo afirmaba la acusación original y como lo planteó en su alegato el fiscal Gustavo Bergesio.
En su alegato, el fiscal señaló que si bien el propio damnificado dijo que nunca pudo ver el arma con la que era atacado, consideró que sí había quedado acreditada su utilización. Y para ello se apoyó en el testimonio que dio el menor damnificado ante el tribunal.
El adolescente contó con pelos y señales lo ocurrido aquel lunes 20 de abril de 2009, cuando fue asaltado por Gómez mientras esperaba el colectivo para ir a la escuela. Contó que el delincuente lo tomó del cuello y le apoyó algo, que para él era un cuchillo, con lo que le produjo un raspón en el cuello.
Explicó que Gómez lloraba y le decía que había perdido el celular y que su madre lo iba a golpear. Hasta que luego de caminar alrededor de 15 cuadras, finalmente lo tiró al suelo y le pegó con un bloque de cemento en la cabeza, lo que le produjo una herida cortante. Allí trató de despojarlo de su teléfono celular, pero el robo fue impedido por vecinos que lo auxiliaron.
Sobre el arma
Tanto el fiscal, como la defensora oficial y el tribunal preguntaron insistentemente sobre la supuesta arma. Pero el menor señaló que no pudo verla nunca. También declaró el padre del menor, quien ratificó que su hijo sufrió una lesión en el cuello que él consideraba que era producto de un elemento punzante.
El fiscal Bergesio solicitó que se tuviera en cuenta que el imputado había admitido el hecho y que se manifestó arrepentido. Y que pidió ayuda para superar su adicción a las drogas, ya que al declarar, el imputado indicó que el día del hecho estaba “empastillado”. Pero consideró que debía ser condenado por robo en grado de tentativa agravado por el uso de armas y privación ilegítima de la libertad a la pena de cinco años. Y que se lo declarase reincidente ya que tiene una condena previa.
Por su parte, la defensora Mariana Vera planteó que el hecho sólo debía encuadrarse en robo simple. Porque advirtió que la presencia del arma no quedó probada y que tampoco se configuraba el delito de privación de la libertad, ya que puso en duda el tiempo que Gómez tuvo a su merced a la víctima. Por ello, pidió una pena mínima y coincidió con el fiscal en solicitar un tratamiento para el imputado.