Por un intento de abuso sexual

Juzgan otra vez a Lucero

El hecho lo habría perpetrado al día siguiente del brutal hecho de la médica Acosta, y en el mismo sector de la ciudad.
miércoles, 25 de agosto de 2010 00:00
miércoles, 25 de agosto de 2010 00:00

Julio Alberto Lucero (29), el hombre que a fines de abril fue condenado a prisión perpetua por la violación y crimen de la médica Gloria Mónica Acosta, comenzará a ser juzgado desde hoy por otro aberrante hecho de abuso sexual. Esta vez, el sospechoso enfrenta cargos por “abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa”, y la pena que reciba en caso de ser hallado culpable, podría sumársele a la pena que purga actualmente.
El hecho ocurrió increíblemente el día 23 de enero de este año. Apenas 24 horas después de haber violado brutalmente y asesinado a golpes a la médica Acosta, Lucero salió nuevamente de faena, y atacó a otra mujer de 55 años, en la zona norte de la ciudad. Sin embargo, esta vez la mujer pudo defenderse del agresor y logró evitar el abuso sexual.
La similitud del ataque sufrido por esta vícitma -cuya identidad se mantiene bajo reserva por tratarse de un delito de instancia privada-, con el hecho sufrido por la médica Acosta es estremecedora. La mujer había salido a caminar hacia la Gruta de la Virgen del Valle. Allí habría sido sorprendida por Lucero, que violentamente la obligó a introducirse en un descampado, donde trató de violarla. La mujer comenzó a luchar con todas sus fuerzas y a gritar pidiendo ayuda, mientras que el agresor la golpeaba salvajemente, y hasta le habría quemado parte del pelo en medio de la agresión.
Y gracias a que otra persona escuchó sus gritos, no corrió la misma suerte que la víctma anterior, puesto que Lucero se disponía a atacarla con una piedra para dejarla a su merced.
Apenas algunas horas más tarde, la policía encontró cerca de ese lugar el cuerpo sin vida de la médica Acosta. Y Lucero fue detenido ese mismo mediodía. Mientras se llevaba a cabo la investigación por esa causa, la víctima había radicado la denuncia penal y finalmente se terminó vinculando al mismo agresor.
Y la víctima terminó identificando al acusado en una rueda de presos como el autor del hecho. Al momento de ejercer su defensa en el marco de esta investigación, Lucero fue contradictorio y hasta icoherente, según señalaron fuentes cercanas a la investigación penal.

Debate

Hoy está previsto que el debate, que será presidido por el juez Jorge Rolando Palacios, comience con la lectura de la acusación y posteriormente el imputado será invitado a declarar. Luego lo harían la víctima y otra testigo que fue la mujer que con su presencia impidió que el hecho se consumara.
El Ministerio Público estará representado en el juicio por el fiscal de Cámara Ruben Carrizo, mientras que la defensa del acusado la asume el abogado Orlando del Señor Barrientos.
A diferencia del juicio en el que fue condenado por el crimen de la médica Acosta, en esta oportunidad el tribunal llevará a cabo las audiencias a puertas cerradas. Aunque no se descarta que el debate concluya entre la jornada de hoy y mañana.

Imputable y perverso

Durante la investigación penal en contra de Lucero se puso en duda si su condición mental lo convertía en una persona capaz de comprender y dirigir sus actos. Sin embargo, las pericias del Cuerpo Interdisciplinario Forense determinaron que tiene un “desarrollo normal de sus facultades mentales”, aunque también afirma que posee “una personalidad perversa”, que “siente placer por el dolor ajeno” y que el sufrimiento de la víctima le resulta “sexualmente excitante”. Estas pericias se condicen con los graves antecedentes del acusado.
En 1999 Lucero fue imputado por violar a una joven de 18 años, también en la zona norte. En ese momento, un psiquiatra del CIF lo declaró inimputable y recuperó su libertad.
Tras seis meses en la calle, abusó de un niño, hijo de un familiar. Entonces otra pericia lo declaró imputable y fue condenado a 9 años de prisión por la Cámara Penal Nº 2 en abril de 2001.
Ya había purgado esa pena cuando en enero volvió a reincidir en delitos en contra de la integridad sexual.

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