Las víctimas eran sus alumnas

21 años de prisión para un abusador

La Cámara Penal Nº 1 terminó condenándolo por siete hechos en concurso real.
sábado, 28 de agosto de 2010 00:00
sábado, 28 de agosto de 2010 00:00

Finalmente, con fallo dividido, el tribunal de la Cámara Penal Nº 1 castigó con 21 años de prisión a Mario Omar Chasampi (52), el docente que fue declarado culpable por un total de 7 hechos de abuso sexual en contra de dos de sus alumnas. La condena coincidió con lo solicitado por el fiscal Jorge Silva Molina en su alegato del día anterior, tanto en lo que respecta a la calificación de los hechos, como así también en cuanto a la pena.
El fallo del tribunal se dictó por el voto mayoritario de los jueces Roberto Dionisio Mazzucco y Fernando Damián Esteban, quienes coincidieron en cuanto a la culpabilidad de Chasampi y en el monto de la pena. En disidencia total, el juez Carlos Alberto Roselló se inclinó por otorgar el beneficio de la duda al imputado y votó, en consecuencia, por su absolución.

Los hechos

El tribunal concluyó que, tal como había sido acusado, el imputado sometió a distintos y aberrantes abusos sexuales a dos de sus alumnas durante los años 2005 y 2006, mientras estaba al frente de una escuela rural del departamento Pomán.
A una de las víctimas, que tenía entre 8 y 9 años, el imputado la manoseó y la violó reiteradamente. Los hechos los perpetraba tanto en el aula donde se dictaban las clases, en donde solía encerrar a la pequeña cuando sus compañeros se iban al recreo, o bien la llevaba a la pieza que utilizaba como dormitorio, donde la accedió carnalmente en varias ocasiones. Y en uno de los hechos, hizo que lo mirara mientras orinaba en una botella.
La otra víctima del docente fue una menor de entre 13 y 14 años, a la que Chasampi acosaba y manoseaba tratando de convencerla de tener relaciones sexuales con él. La menor contó que el maestro la encerraba en el aula y la manoseaba y besaba en contra de su voluntad.
También a ella la llevaba al dormitorio, donde le insistía para que se desvistiera, y le mostraba revistas con material pornográfico tratando de iniciarla sexualmente. La víctima nunca aceptó tener relaciones sexuales con él. Y cuando a fines de 2008 trascendió la denuncia de la madre de la otra niña, ella habló con su madre y le contó lo que había sufrido.
 

Complot

La defensa de Chasampi se basó en negar los hechos y argumentar que se había montado un complot en su contra, orquestado por otro docente, que tenía un cargo inferior y que según el acusado trataba de quedarse con su cargo.
Sin embargo, tanto los testimonios como las pericias, y hasta los secuestros de revistas pornográficas en su habitación, fueron, entre otras, pruebas suficientes para arribar a la condena. En la causa, obran declaraciones de niños que acreditaron que el docente le daba tareas más difíciles a la niña más pequeña, y así lograba que se quedara después de hora.
Las pericias psiquiátricas de las dos niñas concluyen que ninguna tiene síntomas de una personalidad fabuladora. Mientras que en el caso del docente, la perito psiquiatra concluye que posee una “personalidad egocéntrica; no acepta acusaciones pero admite que puede ser un complot (que necesita de mayor elaboración, mucha gente); no hay una sola modificación en la expresión de su rostro que denote emoción, habla de forma impersonal y fría al referirse a toda esta cuestión”.
Al término de la audiencia, Chasampi fue trasladado al Servicio Penitenciario, donde continuará detenido. Al enfrentar a los reporteros gráficos, el docente ofreció entrevistas en la prisión.

Los cargos

Concretamente, el docente fue condenado por tres hechos de abuso sexual agravado, exhibiciones obsenas, abuso sexual con acceso carnal agravado (2 hechos), y suministro de material pornográfico. En todos los casos, el agravante es por su condición de docente de las víctimas.

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