Lo estimó el director del Hosp. San Juan Bautista

Se gasta hasta $ 4.000.000 al mes por accidentes

Ingresan hasta 50 pacientes mensuales que deben ser intervenidos quirúrgicamente, y que requieren prótesis valuadas entre 20 y 50 mil pesos cada una.
sábado, 28 de agosto de 2010 00:00
sábado, 28 de agosto de 2010 00:00

Los excesos en la velocidad, en la ingesta de alcohol y la indiferencia ante las elementales medidas de seguridad y normas de circulación son el caldo de cultivo ideal para que día a día y mes a mes, se multipliquen los accidentes de circulación en toda la provincia, y principalmente en la ciudad Capital, que dejan un saldo de cientos de heridos año tras año. Y sólo en los casos de mayor gravedad, el Estado Provinicial, es decir cada uno de los catamarqueños, debe gastar casi 4 millones de pesos mensuales, que es lo que significa la atención médica integral que brinda el Hospital San Juan Bautista.
Así se desprende del detalle de los costos que tiene el principal nosocomio catamarqueño, donde ingresan pacientes de todo el territorio, debido a que es el que concentra los insumos y la tecnología para asistir a pacientes graves.
Ernesto Martínez, director del centro de salud, detalló en diálogo con El Esquiú.com todo el desembolso económico que genera cada accidentado grave, desde el momento en que la ambulancia lo deja en la sala de emergencias.
Sólo la primera hora y media de atención, en la que el paciente debe recibir tratamiento de reanimación y una cirugía de emergencia para el control del daño, que simplemente compensan el estado de salud y estabilizan el riesgo de muerte, le significan al Hospital 8.000 pesos.
Ese paciente luego va a pasar 10 ó 15 días previos a cualquier otra maniobra en internación, de los cuales como mínimo cinco son en Terapia Intensiva, que tiene un costo de 1.500 pesos por día por cada paciente. Entonces se suman 10.000 pesos más, sin hacer nada más que compensar su estado hemodinámico y controlar su persistencia con vida, y se gastaron 18.000 pesos.
Multiplicar esa cifra por los 10 ó 12 pacientes que semanalmente requieren este tipo de asistencia médica, da una idea de la erogación que le significa al erario público.

Más plata

Pero el desangre monetario no culmina allí. Cada paciente traumatizado tiene una praticularidad y va a requerir un tratamiento determinado. En muchos casos, requieren distintos tipos de prótesis, que varían de acuerdo con las lesiones que puedan tener. Esto genera dos inconvenientes. En primer lugar el hecho de que no se puedan hacer previsiones y realizar compras anticipadas y por volúmenes que permitan disminuir costos, sino que por el contrario se deben solicitar en forma casi exclusiva para cada paciente.
Y ello además genera una demora entre la solicitud y la entrega de la prótesis, que por lo general llegan desde provincias vecinas, cuando no del exterior. Y en ese lapso el paciente debe permanecer internado. Y se trata de periodos de entre un mes y 45 días.
El costo de una prótesis ronda entre los 20.000 y los 50.000 pesos, por lo que en promedio se estiman unos 30.000 pesos que se erogan por paciente. Es decir que los catamarqueños pagan entre 300 y 400 mil pesos sólo en prótesis y por semana, ya que en promedio entran de 10 a 12 pacientes politraumatizados graves por semana, según afirmó Martínez.
Saturados

Mensualmente ingresan entre 45 y 50 pacientes graves, solamente por accidentes de circulación. Ello genera una saturación de las instalaciones del Hospital San Juan Bautista, sobre todo en lo que es la parte de Traumatología, donde muchas veces se llega a esperar hasta dos meses para poder concretar una cirugía definitiva, acumulando un costo de 500 pesos por cada día de internación en sala común. Tal colapso del sistema genera que el hospital deba trabajar a “sala caliente” para tener los equipos quirúrgicos que permitan sacar a flote este tipo de patologías.
Luego de la cirugía, que en promedio cuesta 5.000 pesos, viene un periodo de rehabilitación en el mismo nosocomio, con una internación de entre 15 y 30 días más. Recién entonces el paciente está en condiciones de regresar a su casa, aunque en un considerable porcentaje, debe realizar prolongados tratamientos de kinesioterapia para recuperar sus condiciones físicas previas al accidente. Y una buena fracción de ellos tiene una recuperación parcial, debiendo padecer secuelas por años e incluso a perpetuidad.

Una casa del IPV por cada víctima

Para graficar lo que significa para el Estado la erogación en accidentes de circulación graves, Ernesto Martínez señaló que “sería preferible, en vez de tener todo este trastorno para mantener con vida a un accidentado, regalarle una casa a cada paciente”. “Y si consideramos los gastos, le garantizo que a través de los planes del IPV, se le podría proveer de una vivienda de 2 dormitorios en uno de los barrios que el IPV construye, en lugar de todo este trámite, tan sólo para resguardarle la vida”, aseguró el médico.

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