“No tenía enemigos, y no le gustaba pelearse con nadie”, aseguró su esposa

sábado, 1 de enero de 2011 00:00
sábado, 1 de enero de 2011 00:00

“Antes de irse estuvo con su hija y recién se fue a su casa”, manifestó compungida Adriana Solohaga, la esposa de Ocampo, quien además precisó que hace algunos meses se habían separado y la víctima vivía en una vivienda ubicada a pocas cuadras de la suya, para mantener contacto con su pequeña hija.
“Esa noche -por la del 31- él estuvo celebrando con unos vecinos del barrio, y yo me fui a la casa de una amiga”, relató la mujer. “Después vino a casa y me dijo que él quería estar con su hija. Así que se fue a acostar con ella”. La ex pareja asegura que se encontraba en perfectas condiciones y que no tenía síntomas de haber estado bebiendo.
En diálogo con El Esquiú.com, Solohaga manifestó que Pedro Ocampo salía todas las tardes en su bicicleta a vender helados, y que hacía cuatro años aproximadamente que había arribado a la provincia de Catamarca, desde su ciudad Natal en suelo Correntino. Toda su familia vive allí, a excepción de una hermana, que llegó poco antes que él, manifestó la mujer.
Adriana, en compañía de su hermana, comentó que era una persona dócil, que no tenía enemistades y que nunca se involucraba en peleas callejeras.
“Me enteré por unos vecinos que me vinieron a despertar. Cuando llegué lo vimos tirado en la calle, todo pálido”, sentenció.
Finalmente dijo que para ella, la posible causa del hecho fue porque le intentaron robar el celular, dado que cuando lo vio, no lo llevaba con él.

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